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~•~

Narra Tyler:

El día siguiente había llegado.

Hoy el cielo estaba más despejado que los días anteriores, y se apresuró a vestirse y desayunar puesto que se había quedado dormido.

– ¿Piensas salir en tu estado? – Fue lo primero que le preguntó Madison al estar sentada junto a él.

– Compraré algunos supresores en el supermercado de aquí al lado. – Mintió.

La chica asintió no muy segura, y se levantó para subir a la planta de arriba y terminar de arreglarse.

Tyler se lavó los dientes, cogió su mochila y salió de su casa directo al bosque, con la horrible sensación de que a Josh se le habría olvidado que habían quedado allí.

Los minutos pasaban y el teñido no aparecía por ningún lado.
El castaño cogió el móvil y miró la hora: 8:30

Maldijo para sí mismo en un susurro, pues efectivamente se le había olvidado. Se colocó bien la mochila para ir al instituto, pasando antes por el supermercado y comprando unos cuantos supresores que no fueron para nada baratos.

Abrió la primera pastilla nada más comprarla y la tomó con rapidez, sacando de su mochila una pequeña botella de agua para poder tragar mejor la pastilla.

En cuestión de un minuto se sintió mucho mejor. El leve dolor que sentía por estar en celo se desvaneció, y se sintió más seguro consigo mismo al ahora poder ocultar su olor.

Caminaba con rapidez hacia el instituto, sabiendo que la primera clase se la perdería seguramente.

Al llegar notó que ya nadie paseaba por los pasillos, pues todos estaban en clase, así que se apresuró en ir a la suya.

Su humor había cambiado notablemente debido al olvido del pelirrojo, y de nuevo sintió unas repentinas ganas de llorar.

Al llegar, tocó con suavidad la puerta y entró, obteniendo la mirada de todos los allí presentes.

Se dirigió a su asiento junto a Jenna después de dar los buenos días y un "lo siento", e ignoró por completo la atenta mirada de Josh que no dejaba de observarle.

– Hola. – Habló en bajo sonriendo con dulzura a Jenna, quien le devolvió la sonrisa.

– Te he echado de menos. – Le dijo ella cuando el profesor estaba dado la vuelta.

– Y yo a tí.

Quería abrazarla, decirle que no se fuera y se quedara con él, que no le abandonara.

Y después miró a Josh, quien tenía la cabeza gacha y hacía movimientos con sus dedos sobre la mesa, sin prestar atención al profesor.
Una punzada de culpa invadió su pecho, pero al mismo tiempo estaba enfadado.
Sin embargo, con solo mirarle se podía abstraer de todo y centrar su atención únicamente en él.
Era verdaderamente un alfa precioso y...

"Tyler, ¿Pero qué estás diciendo?", pensó.

Era como estar entre la espada y la pared.

Luna llena • Joshler ;(omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora