Luna llena • Joshler ;(omegaverse)

29

~•~

Josh terminó de cambiarse, poniéndose un pijama cómodo y listo para ir con sus amigos, pero vio que le habían enviado un nuevo mensaje a su teléfono.

Lo cogió para empezar a leerlo.

– Se que estás con mi hermano, así que aléjate de él lo más que puedas.

– Y de mi hermana también.

Josh frunció el ceño. ¿Quién era esa persona que le había enviado aquello?

Su cabeza hizo un clique y supo que se trataba de Zack, el hermano de Madison y Tyler.

Iba a contestar pero alguien había entrado en ese momento a la habitación.

– Creo que deberías bajar ya.

Josh observó a Tyler desde su cama y vio como se dio la vuelta, pero lo llamó antes de que se fuera.

– Tyler.

– ¿Qué pasa? – Preguntó con una expresión un poco decaída, y quiso saber que le pasaba, así que se levantó y se acercó a él, notando como el contrario se ponía nervioso al instante.

– ¿Qué te pasa?

– N... Nada.

– ¿Seguro? – Enarcó una ceja, sin creer nada de lo que decía.

El castaño asintió pero no lo miraba a los ojos, sino que miraba su camiseta.

– Oye, te he visto llorando. – Le dijo en voz baja, y acercó su mano a su mejilla pero Tyler se alejó despacio y el teñido frunció el ceño. – ¿Qué ocurre?

– De verdad que no ocurre nada Josh, estoy cansado, nada más.

– Tú también mientes fatal. – Le dijo con una sonrisa casi invisible, pero el castaño no dijo nada. – ¿Desde cuándo alguien llora porque está cansado?

Josh agarró con suavidad su mano para arrastrarlo con él dentro de la habitación, y notó como él ejercía un poco de fuerza para zafarse de su agarre pero al final se dejó.
El teñido cerró la puerta y lo acorraló contra esta, notando ahora la fuerte respiración del omega.

– No es... El momento. – Susurró Tyler sin mirarlo aún a los ojos, y luchando contra su consciencia que le decía que en realidad aquello no estaba bien, pero a su lobo interior le encantaba.

– No quiero verte llorar. – Dijo Josh con el rostro muy cerca suyo de manera firme. – No quiero verte triste. ¿Me has oído?

– Josh...

– Dime qué es lo que ocurre o no te dejaré marchar.

Tyler suspiró, ahora un poco más tranquilo, y puso sus manos sobre el pecho de Josh para alejarlo con suavidad.

Se alejó de la puerta y se acercó a la cama del tintado para sentarse en ella y comenzar a jugar con sus manos, nervioso y buscando una manera de decírselo.

Josh lo vio y se sentó junto a él, mirándolo fijamente.

– ¿Y bien? – Le dijo.