Luna llena • Joshler ;(omegaverse)

39

~•~

Narra Tyler:

- Venga porfa, es algo que nos gusta a ambos.

- Ya te he dicho que no quiero ir Jay, no insistas. - Respondió el castaño cansado mientras terminaba su trabajo de clase.

- Siempre te gustó ir. - Le dijo en voz más baja. - Y siempre fuimos juntos, ¿Por qué ahora ya no?

- Porque no me apetece, ya te lo he dicho. - Le miró molesto. - ¿Por qué no se lo preguntas a algún amigo tuyo? O a Madison o Zack. Seguro que aceptan. - Volvió a mirar su escritorio.

- Sabes que ellos no van a querer ir conmigo. - Hizo una pausa. - Y a mis amigos no les gusta. Dicen que es muy aburrido y una pérdida de tiempo.

- No saben de lo que hablan... - Susurró tan bajo que su hermano apenas lo escuchó.

- Hazlo por mí.

Tyler suspiró pesadamente y soltó su bolígrafo sin poder concentrarse más, rendido. Comenzó a masajear sus sienes con los ojos cerrados antes de hablar.

- Está bien. - Murmuró, y los ojos de Jay se iluminaron.

- ¿En serio?

- Eres como un niño pequeño. - Le recriminó Tyler de mala gana, pero al contrario no le importó y se lanzó sobre él para abrazarle, algo que hizo que el castaño comenzara a quejarse. - Quita de encima Jay, me aplastas.

Jay le hizo caso pero le sonrió entre dientes.

- Gracias Ty. - Se apartó de su lado para dirigirse a la puerta, pero se volvió hacia él antes de salir. - Te vendrá bien, ya lo verás.

- ¿Me vas a dejar terminar esto de una vez? - Le respondió sin mirarle, y el otro soltó una risita cerrando la puerta al salir.

Tyler levantó su cabeza hacia el bolsillo de su chaqueta, donde tenía escondida una caja con cigarrillos. Había intentado dejar de fumar pero ahora mismo lo necesitaba más que nunca, así que se acercó y cogió uno. Se dirigió hacia su ventana y la abrió, asomándose por ella y encenciendo su cigarro entre sus labios.

Expulsó el humo mientras observaba la carretera vacía bajo su casa y los árboles que se apreciaban junto a esta. El cielo nublado pero sin riesgo de lluvia y la sensación de la fría brisa removiendo su cabello y llevándose el humo haciéndolo desaparecer.

Cada día que pasaba se sentía peor, a pesar de que su hermano Jay fuera el único que intentaba sacarlo adelante. Sus padres también lo intentaban, pero preferían darle más su espacio, algo que en realidad no se daban cuenta que hacían mal, pues lo que el castaño necesitaba en aquellos instantes era amor. Un abrazo. Una caricia por parte de Kelly y Chris, o incluso de sus otros dos hermanos.

Llamada entrante.

Soltó un gruñido molesto y apagó su cigarro en el cenicero junto a él antes de soltar todo el humo y contestar a su teléfono.

- ¿Diga? - Preguntó algo malhumorado.

- Ey, aún soy joven para morir. No vayas a matarme.