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Josh ya estaba algo ebrio, podía notarlo en su cuerpo, pero aún podía ser consciente de algunas cosas.

La música estaba muy alta, y vio a Ashley (mucho más borracha que él) tontear con una chica de más o menos su misma altura. La vio desaparecer con ella subiendo las escaleras.

No sabía de la existencia de Brendon en aquellos momentos, y a Jenna la vio salir con Tyler hacía un cuarto de hora hacia el jardín trasero, pero no los volvió a ver.

Miró la hora en su reloj de muñeca: las 23:15

De pronto, alguien se le acercó por detrás.

– ¡Josh! ¡Cuánto tiempo! – Habló Tatum.

El teñido le sonrió, aunque supo enseguida que estaba bastante ebria, y que en cualquier movimiento que hiciera, le podría tirar el vaso con la bebida encima.

– Y que lo digas. – Le respondió amigable.

La chica se le arrimó más de lo que hubiera deseado, y al principio lo vio como un inconveniente, pues recordaba las palabras de Brendon en cuanto a su vida amorosa, pero se dejó llevar.

– La verdad hubiera sido genial haber seguido siendo amigos. – Tatum rodeó el cuello de Josh, moviendo su cintura muy cerca a la suya, pero el tintado no se despegó. – Porque estás como un queso. – Y sin darle tiempo a reaccionar, le besó con ansias, y comenzó a subir su mano libre por su abdomen.

Él quiso separarse, pues aquello estaba mal, y además sabía que ahora mismo eran el centro de muchas miradas. Pero a ella no parecía importarle en absoluto.

Cuando al fin se separó, la observó sin saber que decir, y vio como sonreía tontamente, pero un fuerte golpe en el lado derecho de su rostro le hizo caer al suelo.

Su cabeza dio vueltas y oyó un pitido debido al fuerte golpe. Se tocó la oreja y vio sus dedos ensangrentados.

– ¿De qué coño crees que vas besándote con mi novia?

Escuchó la voz como si estuviera alejada, y sintió otro golpe ahora en el estómago que casi le hizo vomitar todo lo que había tomado.

La música dejó de sonar y se oyeron varias voces de gente diciendo que parara, pero eso no ocurrió.

– Este cabrón iba a quitarme a mi chica.

Josh, con los ojos empapados de lágrimas, pudo divisar débilmente como el contrario levantaba su brazo para darle otro puñetazo.

Antes de que pudiera hacer nada, el cuerpo de Josh comenzó a temblar notoriamente, y él empezó a retorcerse del dolor.
Ningún otro golpe impactó contra él, pero el dolor que sentía en aquellos momentos no se parecía ni un poco al de los golpes.

Se arrastró como pudo fuera de la casa, y, sin saber bien como, observó sus manos.

Estaba ocurriendo.

Miró el cielo y la luna llena estaba en su máxima plenitud.

El vello comenzó a aparecer por todo su cuerpo, desde las manos hasta los pies.

Luna llena • Joshler ;(omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora