Cap. 44

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Narra Jaehyun.

Es jueves por la noche y algún imbécil —no sé quien—, ha decidido celebrar una fiesta en la casa de la fraternidad. Apostaría todo mi dinero a que ha sido Aston. Lleva intentando que abandone lo que él llama «mi absurdo comportamiento» desde que ______ se marchó.

Pero las cosas no funcionan así. Ya lleva cinco días en Brooklyn. Y cada día que pasa allí, no está aquí. Ya sé que lo que acabo de decir es una evidencia estúpida, pero es que quiero que esté aquí. Quiero que esté delante de mí para poder cogerla de las mejillas y limpiarle las lágrimas. Quiero abrazarla, prometerle el mundo y disculparme por todo. Quiero saber que ella siente lo mismo por mí. Quiero saber que para ella tampoco ha sido un juego. La peor parte es que volvería a jugarlo si eso significara poder disfrutar de unas cuantas semanas de la felicidad que compartíamos.

—Lo siento, pero no me interesa.

Empujo a otra chica con suavidad para quitármela de encima. Hace pucheros y saca pecho al tiempo que agita las pestañas. Yo suspiro y niego con la cabeza mirando en dirección a donde está Rosé tomando chupitos con Yoobin. La chica que me iba detrás desaparece. Rosé tropieza con mi mirada y sonríe con tristeza. Me levanto y voy hacia ella.

—¿Has hablado con ella? —le pregunto esperanzado. Ella vacila. —¡Rosé!

Asiente.—Hoy.

—¿Y?

—Vuelve mañana. —me contesta en voz baja. —Ya ha hecho todo lo que quería hacer.

—¿Y eso qué significa?
Yoobin me mira alzando una ceja.

—No sé qué derecho tienes a hacer esa pregunta, Jung.

La miro. —Y yo no entiendo qué derecho tienes tú a ponerte borde conmigo teniendo en cuenta que eres una de las responsables de que los dos estemos hechos una mierda y de que _______ esté en Brooklyn.

Aparta la mirada avergonzada y Roséesboza una mueca.

—Rosie, ya sé que tú nunca…

—Pero lo hicimos. —me interrumpe. —Te hemos hecho daño, lo hemos hecho a los dos. Si hay algún culpable somos nosotras, Yugyeom y Chan. Ellos también tienen que aceptar su parte de culpa. —Frunce el ceño mirando por encima de mi hombro. —En especial Chan.

Yo no quiero ni mirar. —Supongo que todos tenemos parte de culpa. —Me encojo de hombros. —Solo espero que pueda compensárselo cuando vuelva. Siempre que quiera hablarme.

—Eso será si quiere verte. —me recuerda Yoobin. —Solo es una observación. Antes no quería verte.

—Gracias, Yoobin. —le suelto y me doy media vuelta para abrirme paso por la cocina en dirección al patio. Ignoro a una pareja que se está enrollando contra la pared, bajo el porche de un salto y me encamino hacia los árboles que crecen al final del césped. Me apoyo en uno, saco el teléfono del bolsillo y voy bajando el cursor por los números hasta que encuentro el suyo. Mi dedo se queda un rato suspendido sobre el botón de llamada, pero al final me decanto por mandarle un mensaje. Escribo unos cuantos y los borro todos optando por quedarme con dos palabras, dos palabras secundarias, porque soy demasiado cobarde como para enviarle las verdaderas: te añoro.

El Juego del Amor |Jaehyun NCT & Tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora