[1] αgυѕтᎠ|| ym. [OmegaVerse]

🐺 Capítulo 18: ¿Feel?🐺

Enamorarse del Omega

¿Loco no? El gran Min Yoongi, aquel alfa que odia a los omegas a morir, tenía que enamorarse del pequeño omega que convive con él. Toda su vida esquivó cualquier relación con un omega, todos sus compromisos eran; Te utilizo, te vas. No tenía una relación formal con nadie, ni con betas. Todos tenían claro que Yoongi tenía que cambiar y no ser como su padre, lo que Yoongi sentía hacia esos inofensivos omegas no era odio, no claro que no, era miedo, un miedo que se formó cuando su madre lo abandonó tan solo era un pequeño cachorro.

Yoongi no tenía conocimiento alguno de cómo era su madre, si era rubia o castaña, piel pálida como él o era de piel canela, lo único que sabía que era una omega y era la mujer mas bella que había conocido. El pelinegro no tuvo una infancia feliz, tuvo que lidiar el abandono de su madre, ver a sus primos jugar o hacer cualquier cosa que los cachorros hacía por que su padre nunca se lo permitió. Yoongi no se acordaba de sus transformaciones de cachorro como los que tenía Jimin, por eso se le hacía tan raro el desarrollo pre-celo de Jimin.

—MinMin....—. Llamó Jimin. Los ojos azules del pequeño lo miraban atentamente.

— ¿Umh? —. El pelinegro solo se limitó en hacer un sonido para que el omega entendiera de que tenía la atención del alfa.

—Jiminnie quiere galletitas —. Los ojos de Jimin brillaban al nombrar las galletas.

— ¿Quieres galletas? —. El menor asintió —. Bien —. El pelinegro se paró de su cama para ir directo a la cocina para conseguir las dichosas galletas, el omega tenía algo con las fresas; Leche de fresa, galletas de fresa, crema dental de fresa, helado de fresa. etc.

—Hola hyung —. Saludó JungKook entrando a la cocina. El castaño vivía más en la casa de su primo que de su hermano NamJoon pero a veces duraba dos días sin ir a la casa de Yoongi porque estaba con su predestinado. — ¿Qué está buscando? —.

—Las galletas de Jimin ¿Las has visto? —. Miró a Jungkook con curiosidad después de no conseguir respuesta de parte de este —. ¿Jungkook? —.

— ¿S-son de J-jimin? —. Tartamudeo. Oh, está en problemas, en muy grandes problemas.

—No me digas que te las comiste —. El castaño asintió despacio —. ¡Maldita sea Jungkook! Son de Jimin, se las compre a él para que dejara la ladilla. —

Un chillido sonó en dirección a la sala, los dos alfas se pusieron alerta y corrieron para buscar al pequeño omega. Jimin estaba en el piso sosteniendo su mano con delicadeza.

— ¿Qué paso Jimin? —. Preguntó Yoongi.

— ¡MinMin! —. Jimin se levantó y fue directo con Yoongi. Extendió su mano para que el pelinegro lo pudiera ver.

—Oh te cortaste, ¿Con qué? —. Jimin señaló a las tijeras —. No debes jugar con tijeras, son peligrosas azulito —. Yoongi tomó el dedo afectado y se lo llevó a la boca para quitar la sangre que salía. Un picor en su boca sintió, sintió la sangre de Jimin. Sus colmillos picaban para salir pero podía manejarlos

Era tan dulce pero había algo más en ella, y ese algo era que era el sabor de la unión de predestinados. Yoongi entendió que Jimin era su predestinado, y lo tenía claro.

El Alfa le dió un besó en la frente al menor y se giró para buscar su abrigo pero antes se acercó a Jungkook que tenía una expresión de asombro al ver esa escena.

—Cuida de Jimin, debo comprar las galletas que TÚ te comiste imbécil —. Susurró.

YoonGi tenía que acostumbrarse a Jimin y saber más de cómo amar a alguien. El alfa no había nada de amor de pareja, hacerse la pregunta de ¿Qué es el amor? era para niños pero él nunca lo experimentó, y lo tenía que experimentar con su ahora predestinado Jimin.

Pregunta del dia:

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Gigi del 2020: Ladilla, en mi país, es como una forma de expresar fastidio o molestia.