[1] αgυѕтᎠ|| ym. [OmegaVerse]

🐺 Capítulo 35. True🐺

La Omega y el Alfa estaban sentados enfrente del otro, la azabache en el mueble amplio y el rubio en el sillón individual.

—Has crecido mucho, Yoongi...—. En su rostro se formó una sonrisa nostálgica, cada cierto tiempo sorbía su nariz por sus lágrimas. El rubio sonrió dolido.

—Habla JiSoo —.

—Yoon...—.La voz de la Omega sonó quebrada. — Se que por lo que hice, tu padre te cuidó y ahora deberías amarlo y adorarlo, él es un héroe para ti. Pero tú no sabes los secretos que ese hombre tiene —.

— ¿Cómo cuales? —. Miró a la mujer con enojo. La Omega tenía razón, para él su padre era un tipo de héroe, un que aquel Alfa impotente no lo veía él cómo su hijo orgulloso, a él no le importa.

—Que JaeSeok es el dueño del prostíbulo que pertenecía JiMin y LiHee...—. Susurró pero audible par que el Alfa oyera a la perfección.

— ¿Qué? —. Por un momento, su mente se volvió blanco por ello, recordaba ese lugar, el lugar que JiMin salió de allí, pero no podía creer que su padre, un abogado muy conocido el Corea, sea jefe de un prostíbulo.

—Se qué, no lo crees, pero si es verdad, puedes preguntarle a tu tía. NoYeon —. Una lágrima resbalo, una lágrima que podía contener rabia, rencor, tristeza al mismo tiempo. — ¿Recuerdas cuando JaeSeok y yo salíamos por las noches? —.

—Tú volvías tres días después...—. Susurró.

—Era porque él me obligaba a ir para que trabajara como prostituta...—. Suspiró triste, se sentía rota, pero se sentía rota por que había dañado aquel cachorro que abandonó.

Yoongi no lo podía creer, él nunca se imagino eso, él siempre pensaba, o su padre le decía, que su madre se iba con otros hombres y que pensaba abandonarlo. Miró a la azabache que contenía las lágrimas, lloraba en silencio, y de repente pensó en Jimin, ese Omega que cuando se asustaba, lloraba en silencio con miedo de ser descubierto.

—Si NoYeon lo sabía, ¿Por qué no arresto a mi padre? —.

—Yoongi... Tú no sabes los secretos que tu padre y tu tía te ocultaron, NoYeon no lo hizo porque quería pero ella... —

— ¿Por qué me abandonaste? —. Preguntó con su voz un poco más grave.

— Porqué tenía miedo...—.

— ¿Miedo de qué? ¿De qué me pasara algo? Igualmente-

—Por que no podía cuidarte, por que al irme, alejarme de JaeSeok volvería ser esa chica pobre. Porque si no fuera por ese Alfa, seguiría siendo una chica pobre, aun que esa significaba estar de nuevo libre y vivir la vida que extrañaba, no tenía nada Yoongi...—. En las últimas palabras la azabache se quebró, sus lágrimas salían a mares, se sentía tan dolida, tan quebrada por dentro. — Por eso preferí que estarías mejor con JaeSeok...—. Suspiró. — YoonGi....Yo no lo hice porque quise y que no te quería, al contrario yo te amo, y no sabes lo orgullosa que estoy que seas rapero —.

Ese momento, ese momento fue cuando Yoongi rompió en lágrimas, eso era lo que quería oír, quería ser el orgullo de sus padres, aunque su padre no lo estaba de él, su madre si lo estaba un que no estaba con él.

—JaeSeok me maltrataba, algunas veces abusaba de mí, por eso preferí irme a mi pueblo, al lugar que no debí salir nunca...—. JiSoo al notar los sollozos de su hijo, soltó sus aroma característico, Rosa mosqueta y manzanilla. YonGi al notar el olor, rompió más en lágrimas, extrañaba ese olor, aquel olor que lo hacía llorar cada noche y lo hacía chillar como cachorro por que volviera. —Los secretos de JaeSeok, no te los diré.... —.

— ¿Por qué? —. Su voz sonó rasposa.

— Porqué no es el momento y debo esperar a que ella llegue...—

— ¿Ella? ¿Quién? —. JiSoo sonrió, le dolía decir aquellos secretos, aquellos secretos que Yoongi no sabía y que posiblemente le dolerá.

—Se que no me perdonaras, Yoon —. Sonrió triste. — Pero espero que comprendas esto, espero que comprendas el por qué me fui, no busco que me perdones, porque no me lo merezco pero espero que comprendas —. La mujer se levantó para luego acercarse al Alfa, para luego abrazarlo, olio la cabellera rubia de su hijo, olía a Canela y Menta.

Menta.

Sonrió tan triste.

Yoongi abrazó a la azabache por las caderas, enterrando su rostro el abdomen de esta, olía el rico aroma que desprendía su madre.

JiSoo dejó un beso casto en la cabellera del rubio para alejarse, tomó el rostro de su hijo.

—Vendré mañana...—. Susurró, besó la frente del Alfa para alejarse e irse.

El lugar estaba en silencio, olía mucho a tristeza. Yoongi se sentía desastroso, triste.