Te Perdono #13

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La mañana era linda, todo lo que ha pasado en mi vida ha sido en vano, así se sentía, incluso ya olvidé la mayoría de las cosas malas en ella; todo desapareció

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La mañana era linda, todo lo que ha pasado en mi vida ha sido en vano, así se sentía, incluso ya olvidé la mayoría de las cosas malas en ella; todo desapareció.

Jabari estaba boca abajo dormido en la colchoneta que estaba en el suelo. Tomé un cepillo y comencé a peinar mi cabello para que al despertar el chico a mi lado no me viera desarreglada. Cuando terminé, me estiré para luego volver a acostarme y mirar al techo. Entonces escuché la voz de Jabari; seguía dormido, pero comenzó a hablar. Me pareció divertido observarlo mientras balbuceaba, pero en un punto me empezó a dar pena ajena, sus palabras empiezan a sonar extrañas.

—Te amo —decía Jabari perdido en su sueño.

Bajé de la cama para oír mejor lo que decía, me senté a su lado para saber qué soñaba. No me impresionaría que fueran palabras para mi hermanastra, pero que estupidez—, te amo Yulieth—terminó de decir.

¿Enserio había dicho mi nombre?, retracto mis palabras, eso sí es una estupidez. Ni siquiera me gusta, ¿qué diablos sueña este niño? Quizá deba despertarlo para dejar de sentir pena ajena por él. Esto es humillante, para mí no.

Demasiado tarde, ya despertó. Está sonrojado, y yo también me sonrojé porque estoy viéndolo dormir, esto es raro. La habitación estaba tranquila, callada; nos vimos a los ojos eternamente. Estoy muy apenada, no debí espiar sus sueños. Parecía que alguno de los dos iba a decir algo, pero ninguno lo hizo.

—Hola—dijo Jabari viéndome a los ojos, lo cual me ponía nerviosa.

—Hola...—respondí sonrojada, es incómodo cuando las personas me ven a los ojos.

Jabari acarició mi cabello para después girar su cabeza a otro lado, ¿sabrá que escuché lo que dijo?, ¿el sabrá que lo dijo?, no me importa mucho, ¿o sí?, no, no, claro que no.

—Quizá deberíamos hablar sobre tu padre Yuli...—dijo Jabari levantándose por fin.

—Si..., primero iré al baño.

Me levanté para después poder salir del cuarto con dirección al baño para cambiar mi ropa y dejar de usar pijama. Cuando entré al baño me percaté de que era un baño muy limpio y espacioso, podría estar horas aquí; su increíble ducha y el retrete relucían de limpio, incluso olía bien. Me senté en la tapa de la taza y me dije «no es tiempo». Tenía miedo de lo que pudiera llegar a pasar, mi padre fue alguien importante en mi vida, gracias a él siento que una parte de mí está perdida. Siempre he tenido miedo de que las personas al conocerme no me lleguen a querer y me abandonen, como mi padre lo hizo.

Ahora que lo pienso, lo único que me motivó a seguir en la secundaria —además del niño con lentes que me gustaba en primer grado—, fue una niña muy linda llamada Sofía. Según lo recuerdo, era amigo de muchos en la secundaria, incluso fue novia del popular y apuesto Mauricio. Que ella fuera tan extrovertida la volvió mi única amiga en la secundaria durante un tiempo, un tiempo muy corto porque al pasar a segundo año ella se mudó. Cabe mencionar que ella llegó a mitad del primer año de secundaria.

Efímera ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora