Una apuesta hará que Yulieth y Jabari se conozcan; un popular de secundaria y la niña otaku de la escuela. Gracias a esto comenzará el inicio de todas las historias. Para que una larva se convierta en Mariposa necesita una metamorfosis que le regala...
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Mi mente por fin se enfrió cuando mi cuerpo tocó el pasto y miré al cielo dándome cuenta de lo que hice. Fue cuando me di cuenta de que realmente Jabari jamás hubiera aceptado salir con Danney, sin embargo, un pequeño ataque de celos provocó un brote psicótico en mi mente del cual tardé en arrepentirme de haberlo sufrido.
Jabari al verme como una loca sangrando en el pasto de su casa, dejó de asomarse por la ventana impactado por lo que había pasado; pronto me permitió entrar a su casa para pedirle ayuda a una señora que trabajaba en su casa para que limpiara mi herida, tuve que sentarme en la barra de la cocina para eso. Ahora tenía que explicar qué había pasado mientras vendaban mi mano.
—Entonces... Repite qué haces aquí Yulieth —me preguntó Jabari con una cara confundida.
¿Cómo era posible explicar lo que había sucedido? Era estúpido pensar que fui manipulada por Danney, ella logró que saliera corriendo en medio de la noche para llegar a la casa de Jabari, solo porque me dio celos.
—Bueno... ¡ouch! —comencé a explicar, pero pronto solté un quejido porque la ama de llaves de Jabari terminó de vendarme la mano. Ardió el alcohol que me puso.
—Listo niña, más te vale no entrar a patios ajenos de nuevo. ¿Cómo se te ocurre? Jabari iré a dormir, encárgate de ella y no hagas tonterías —dijo la señora acercándose a él de manera amenazante.
—No se preocupe señora Palacios, despediré a Yulieth —habló Jabari tranquilizando a la señora.
La mujer se fue a dormir a su cuarto subiendo las escaleras, yo me quedé con Jabari; ambos estábamos sentados en la mesa de cocina, así que para que me sintiera mejor él me dio un vaso con agua. Me miraba con una sonrisa divertida al recordar el ridículo que había hecho, yo estaba muy avergonzada. Lo miré a los ojos, respiré profundo y hablé.
—Pensé que tu Ama de llaves era japonesa.
—Lo era, lo que pasa es que contratan a una nueva persona cada cierto tiempo.
—¿Por qué? —pregunté sin entender.
—Cuando yo era pequeño solía decir que me iría a vivir con mi "nueva mamá", era una chica joven que cuidaba la casa de mis papás y a mí en ese entonces. Eso molestó a mis padres porque pensaron que de verdad me iría o los dejaría de querer por encariñarme con alguien más.
En ese momento Jabari bajó la mirada con mala cara, creo que se dio cuenta que lo que hacían sus papás era un poco exagerado. Jabari tomó un vaso de agua después de pensar en eso; se veía lindo, llevaba un pantalón cómodo de color azul y una playera de tirantes color gris.
—Por cierto, ¿Y tus padres? —pregunté percatándome de que no estaban.
—En una junta de trabajo o algo así, no estoy seguro, pero no es importante —respondió Jabari evitando el tema—. Lo importante aquí es: ¿es cierto lo que me dijiste cuando estabas intentando trepar mi ventana?
