Efímera Apuesta

Respiro #46

-No, no le voy a insistir a Yulieth una respuesta ni nada parecido, estoy bien con solo ser su amigo.

Le dije a Andrés mientras comíamos el almuerzo juntos en una jardinera, ya había pasado tiempo desde que formalmente cumplí mi castigo por la apuesta.

-Comprendo. ¿Sabes? No le he dicho esto a nadie, pero fue una muy mala idea pedirle tan rápido a Sabina que fuéramos novios -me dijo Andrés con mala cara-. Sabina es cada vez más insoportable.

-¿Otra vez se pelearon? -le pregunté curioso por su respuesta.

Ellos peleaban mucho desde que eran novios, pero sinceramente ¿qué esperaba de una pareja que apenas se conocieron y ya eran pareja? Sin ofender, además, estamos a nada de salir de la secundaria. No se conocían nada, creo que para el amor se necesita un vínculo con la otra persona antes de decir que es amor.

Sabes porqué amas a esa persona, así como sabes la razón de por qué quieres estar siempre a su lado; lo sabes y lo valoras. Al menos ese es mi criterio. Sabina podrá ser muy bonita y agradable, pero no la conocemos bien.
Yo no era nadie para decírselo a Andrés, el trató de cuidarme antes, lo ignoré. Sería hipócrita de mi parte decirle lo que debe hacer, además, no soy nadie para juzgar sus acciones.

Mierda, empiezo a sonar como César.

-Igual, como vayan sucediendo las cosas, seguro te arreglas con ella, para bien.

-Nah, de hecho, creo que lo mejor es que corte con ella, pero dime ¿Qué tal tú? No te creo eso de que ya no quieres preguntarle a Yulieth si serán algo algún día.

Mencionó a Yulieth, ¿qué pienso sobre Yulieth?, pues fácil no quiero molestarla como lo dije en un principio. De hecho, está bien así, me besó ¿y qué?, la bese ¿y qué? Pasamos todo el tiempo que podemos juntos ¿y qué? Me importa demasiado, nunca llegué a pensar que me importara tanto, por eso mismo no haré nada más. Solo crearía un mal momento para ella, mi misión de ahora en adelante es procurar que ella sea feliz, la seguiré invitando a un montón de lugares y a hacer muchas cosas, pero ya no le preguntaré si quiere algo conmigo. Solo quiero lo mejor para ella.

-Bien, la considero mi mejor amiga, aunque no sea mutuo -expliqué tratando de sonar creíble.

-Sí claro, haré que te creo. A demás lo mejor es que no la molestes -dijo Andrés levantándose de la jardinera-. Bien te veo en el teatro de la escuela para la junta que habrá, hablarán de nuestra graduación.

Salida de secundaria, de verdad iba a extrañar todo de este lugar. Ya esperaba con ansias la junta, quería ver si decían cuándo será la fiesta de graduación, quizá sea de noche o tal vez de día, quería saber cuáles serían los platillos que comeríamos y sobre todo quería saber cuándo sería.

Comencé a caminar hacia el auditorio de la escuela después de reunirme con mi salón de clases de esa hora. En el camino me encontré a César por lo que caminamos juntos, no hablamos mucho, la compañía era suficiente. Entramos al poco tiempo de cuando sonó la campana. Como apenas estaba empezando la reunión muchos de los chicos comenzaron a hablar sin parar, toda la gente estaba emocionada de lo que sería la salida de la escuela.