¡Ella Es Hermosa! #32

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Acaricié lento las mejillas de Yulieth al mismo tiempo que besé su tierna boca

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Acaricié lento las mejillas de Yulieth al mismo tiempo que besé su tierna boca. Mis mejillas y las suyas ardían. Tiré mi cuerpo encima del de ella sin pegarlo por completo; empujé lento su cuerpo al pasto para terminar ese beso del cual me separé despacio mientras veía sus ojos negros. Tantas veces nuestros rostros habían estado juntos, pero jamás había llegado al punto de besarla.

La mirada de Yulieth parecía confundida, no quería hacer otra cosa con ella, pues no sabía si el beso le había incomodado, a pesar de que de verdad quisiera besar nuevamente sus labios; quiero oírlo de Yuli. Acaricié sus mejillas una vez separé nuestras bocas para después poner mi frente con la suya.

—Estoy muy enamorado de ti —le dije separándome de su cuerpo para volver a sentarme en el pasto.

Ella hizo lo mismo recostando su cuerpo nuevamente en el tronco. Sus manos temblaban, ella estaba muy sonrojada, además de que su mirada me decía que estaba confundida. Acerqué mis manos para tomar las suyas, posteriormente le sonreí para que se calmara. Miraba sus labios húmedos como hipnotizado, pero no podía seguir así si no era correspondido.

—Lo siento si fui muy impulsivo Yulieth, pero no es la primera vez que tengo ganas de tu boca —Yulieth al oír eso salió de su trance para reírse de mi comentario, de acuerdo, quizá sonó estúpido—. Me gustaría saber qué piensas al respecto...

Ella pensó por un segundo su respuesta mientras yo la miraba a los ojos. Cuando parecía que finalmente había encontrado las palabras algo llegó a interrumpirnos, o más bien alguien de cabellos rizados y rubios.

—No, no, no, no, esto no puede ser así —esa voz—. ¿Acaso solo me terminaste para irte con esta? —ella ni siquiera parecía relevante para el libro, ¿por qué Camila está aquí?

Camila caminó hacia nosotros al vernos, Yulieth miró a ambos lados incómoda. Por mi parte me levanté del pasto para pararme enfrente de la rubia quien me miraba ofendida.

—Terminamos hace dos meses y fue porque ya no te soportaba. ¿Puedes irte? Es un momento privado —le dije molesto a Camila.

—Oh... No te alteres de Gante, no te arruiné nada —dijo acercando su cara a la mía, pero yo me aparté—. Voltea... —comentó con una sonrisa de victoria.

¿Qué volteé? ¿Para qué? Hice lo que me pidió confundido, ¡diablos! Yulieth se fue, perfecto. Ahora nunca sabría su respuesta.
Espero que no se haya asustado.

Esa rubia sin gracia ¿qué hacía aquí? Solo fui su novio un mes y no la soporto, es solo una niña caprichosa que cuando no obtiene lo que quiere solo lo toma sin importar en qué le pueda afectar a los demás.

—¿El pequeño Jabari por fin ganó la apuesta? —preguntó modesta, yo nunca le dije lo de la apuesta, sin embargo, al parecer lo sabe.

—No pienso hablar contigo... —dije dando media vuelta para comenzar a caminar lejos de ella.

Efímera ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora