Bienvenidos A La Escuela #30

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Estaba emocionada, este sería el mejor día de todos

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Estaba emocionada, este sería el mejor día de todos. ¿Saben por qué? Porque será el primer día de los hermanos Fujiya en la escuela secundaria "Diamante" de Ciudad Cristal, mi escuela. Estarían aquí lo que queda del parcial, lo cual era un poco más o menos de tres o cuatro meses, pero no importa porque estarán aquí conmigo. A demás como siempre habían estudiado con mucho esfuerzo cuando hicieron los exámenes de ubicación quedaron en todas las clases "A" y "B". Nunca imaginé tener a mis mejores amigos en la misma escuela, de alguna forma me ponía muy feliz presentárselos a mis nuevos amigos, Allison, Jabari, Andrés y César. Eran pocos, pero especiales. A parte Sabina no conoció de manera linda a Andrés, quizá este nuevo encuentro sería mucho más lindo. César ya los había conocido así que no me preocupaba que se llevaran bien o mal. Sé que todo saldrá muy bien.

—Tengo mucho sueño... no pensé que fuera tan pesado el cambio de horario —dijo Sabina tallándose los ojos mientras caminábamos juntos a la escuela.

—Me sorprende que para estar tan ansiosa de llegar aquí hayas olvidado el cambio de horario, ah... —dijo León bostezando con los ojos llorosos.

De verdad parecían cansados, aunque poco a poco se van acostumbrando. Los gemelos habían llegado a mi casa en la mañana para que fueran conmigo a la escuela. Como sería su primer día conmigo soy la indicada para mostrarles toda la escuela. Caminamos hasta llegar al colegio. Ambos, aunque no estaban muy impresionados de que la escuela fuera muy grande, si les parecía increíble ver su nuevo instituto. Sabina parecía deslumbrada por ver a tantas personas, estaba feliz, le sonreía a todo mundo. Hasta podía decir que a Sabina se le quitó el sueño de llegar a un nuevo lugar; León por otro lado seguía bostezando, pero no parecía decepcionado.

Caminamos por la entrada de la escuela hasta llegar al patio principal donde más niños corrían o caminaban a sus salones o solo hacían tiempo hasta que tocara la campana para irse. Les juro que yo sonreí mucho.

Fue entonces cuando sentí unos brazos rodeando mis hombros, yo supuse que era León, pero al girar mi cabeza para ver a la persona cara a cara mi cara se volvió un tomate. Jabari era de mi estatura así que estábamos muy cerca el uno del otro lo cual me puso muy nerviosa.

—Ja-Jabari... —fue lo único que pude decir. ¿No podía pensar algo mejor en vez de solo decir su nombre?

—Yu-Yuli, me alegro de verte —contestó Jabari con una sonrisa nerviosa para después tomarme de las manos—. Tengo algo muy importante que decirte.

León se acercó a Jabari y a mí rodeándonos a ambos con sus brazos, León era mínimo diez centímetros más alto que nosotros, así que los dos debíamos de mirar hacia arriba para verle la cara. Creo que le molestaba que yo estuviera hablando con Jabari, él es demasiado sobreprotector conmigo; entiendo que trate de intimidar a Jabari después de saber que él hizo una apuesta que me involucraba como juego.

—Jabari de Gante, un verdadero placer por fin conocerte enano —dijo León viendo intimidante a Jabari.

Sabina y yo nos quedamos sorprendidas al ver que estos dos parecían comenzar a tener una pequeña disputa que ninguno de los dos había comenzado. Me separé de los brazos de León y cerca del cuerpo de Jabari para pararme al lado de Sabina mientras observé como Jabari respiró profundo y habló con un pequeño tic nervioso en el ojo. Entiendo que le moleste que le hagan saber lo bajito que es.

Efímera ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora