Estoy Enamorado #36

79 26 6
                                    

Estaba muy mal porque ahora mis padres si me iban a matar, tenían que hablar dos veces más con la directora lo que significaba verle más veces la cara a Camila

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Estaba muy mal porque ahora mis padres si me iban a matar, tenían que hablar dos veces más con la directora lo que significaba verle más veces la cara a Camila. Lo bueno es que por ahora nadie más que los que estuvieron ese día tenían pruebas de que yo pasara mi vida siguiendo a Camila. Tuve que darle acceso a mis padres de todas mis cuentas y ellos se quedaron con mi celular. Era un poco vergonzoso porque lo que vieron no fue conversaciones que involucraran a la rubia desequilibrada, pero si había varias conversaciones donde confesaba mi amor a Yulieth con mis amigos. Dios, de solo recordar que mi hermana leyó en voz alta casi todos esos mensajes enfrente de mis padres y la directora, mis mejillas se pintan de rojo gracias a la vergüenza. Al menos eso les hizo dudar de lo que decía Camila de estar obsesionada con ella. Lo bueno de todo eso es que quizá cambie de opinión sobre la expulsión, pero por lo mientras sigo suspendido.

Tapé mis manos con mi cara, esta situación era frustrante. Mi hermana había aprovechado cada ocasión que podía para meterle más ideas a mis papás sobre lo mal portado que era. Incluso les habló de meterme en una escuela militar. Eso es exagerado, mas mis papás la escuchan siempre. Odio que su palabra siempre valga más que la mía.

Si eso pasaba ya no iba poder ver a Yulieth en mucho tiempo, no son tan malos para hacerme eso; pero me aterraba que Dulce siguiera metiéndose en eso.

Sé que no me merezco salir con ninguna chica después de mi estúpido comportamiento, ahora pienso y me pregunto si hice lo correcto al decirle a Yulieth lo que sentía. Aunque ya lo hice y sé que jamás volveré a sentir algo como lo que siento por ella que cada día se hace más grande.

Si lo sé, suena ridículo a mi edad, solo tengo catorce años y siento que jamás encontraré este amor, sin embargo, apuesto a que muchos adultos olvidaron cómo se siente lo que hay en mi corazón ahora. A veces me pregunto, los que ya son grandes ¿encontraron el amor del que tanto hablan y dicen que no conozco?

Tocaron la puerta, lo escuché desde mi cuarto. También escuché que mi hermana había abierto la puerta, lo sé porque escuché sus estúpidos grititos de amor por ver a su prometido Adrián.

Cierto... hoy era ese ensayo. Había olvidado que querían hacer esa cosa para su boda, es muy tradicional. Lo bueno de todo eso es que seguro vería a César. No quiero hacer eso de la boda, pero si me vendría bien hablar con un amigo.

Pasaron varios minutos hasta que finalmente oí que abrieron la puerta de mi cuarto, quería ver si había ido César, pero al mismo tiempo no quería salir del armario donde estaba escondido desde ayer. Era muy oscuro, quizá deba poner luces.

Oí pasos acercándose al armario hasta que finalmente abrieron la puerta del ropero, deslumbrándome con la luz de mi habitación.

—Tu hermana me dijo que no has querido salir del armario, ¿estás bien?

Alcé mi vista y vi a César estirando su mano para levantarme. A penas lo vi tomé su mano y salí del armario por primera vez en todo el día.

—Entonces te suspendieron genio. ¿Estás bien? —volvió a preguntar César.

Efímera ApuestaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora