Me despierto sobresaltado, el teléfono en mi mesa de luz se volvió loco y no deja de sonar. Miro como puedo la hora y veo que son las ocho menos diez, me quede dormido. De un manotazo agarro el teléfono y con voz de dormido atiendo:
-Hola-
-Hola ¿Alejandro? - Escucho a Carla preguntar más que sorprendida
-Mmm, si-
-Alejandro, ¿te quedaste dormido? -
-Creo que si- digo con la voz pastosa.
-Vos nunca te quedas dormido ¿pasó algo? -
-No, ¿Qué pasó Carla? -
-Llamaba para ultimar los detalles de la reunión que tenés en dos horas, pero por lo visto voy a tener que esperar a que se te despegue la almohada- se ríe bajito.
-Deja que me bañe y te llamo, aunque quedate tranquila que ayer estuve estudiando el proyecto y está todo cocinado-
-Dale espero que me llames. Hasta luego-
-Chau-
Me desplomo en la cama, dejando salir todo el aire de una sola exhalación. Después de unos segundos salto de la cama y me voy a bañar, si me quedo un segundo más acostado, me voy a quedar dormido y chau a la reunión
El agua de la ducha me despabila casi al instante, hace mucho que no me desvelo así, cuando volví a la cama me costó volver a dormir, no podía dejar de pensar todo lo que me había contado Amanda. ¿Cómo puede ser que una buena persona tenga que pasar por todo ese calvario? Que evidentemente después de meses que se terminó, todavía la sigue castigando, se puede ver que lo vulnerable que estaba anoche cuando la desperté de su pesadilla.
Amanda es una mujer que a simple vista parece fuerte, que nada puede con ella, pero anoche pude ver una faceta de ella que no me esperaba, por eso que tuve la necesidad de abrazarla y contenerla, de protegerla. No sé si estuvo bien, pero es lo que sentí en el momento y lo hice. Y evidentemente Amanda lo necesitaba, porque no me rechazo y dejo que la consolara.
Ese contacto se sintió tan bien, tan natural. Como si fuese algo que es normal en nosotros pero ese hilo de pensamiento lo vamos a cortar ahora, no voy a seguir por ese camino. Nosotros solo vamos a tener una relación laboral y a lo sumo de amistad. Nada más Aunque ocupe más tiempo de mis pensamientos de los permitidos.
Cuando termino de bañarme, me visto con mi traje gris claro, camisa blanca y corbata gris topo. Cuando ya estoy listo me voy a la cocina a desayunar.
Sorprendentemente no hay nadie, parece que no soy el único que se quedó dormido. Así que empiezo a preparar el desayuno, si Claudia me viera creo que se cae muerta
Pongo a calentar agua y busco el equipo de mate de Amanda. Voy a tratar de preparar el mate vamos a ver que sale. Haciendo memoria a su explicación, agarro el mate y le pongo yerba, después había que sacudirlo para sacarle el polvillo y poner la yerba en un costado
Estoy tan compenetrado en mi nuevo aprendizaje que no noto que atrás mío hay alguien mirando. Hasta que escucho decir:
- ¡Por el amor de Dios! ¿Alejandro Soler está preparándose mate? O sea que no solo que ahora toma mate, sino que ¿lo sabe preparar? - dice Claudia entrando en la cocina.
-Buenos días Claudia qué raro vos tan temprano- le digo mirándola de reojo.
-Y vos tan tarde ¿Amanda? - me retruca mientras que camina hasta donde estoy.
-Calculo que se debe haber quedado dormida- le digo sin darle mayor importancia.
-Y vos le estas preparando el desayuno-
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Alejandro [COMPLETA]
RomanceAlejandro es un joven arquitecto de 33 años, que tras la muerte de sus padres empieza a padecer de agorafobia, impidiéndole que pueda salir de su lujoso departamento. Contrata a Amanda como su nueva ama de llaves, una joven de 27 años, que está esca...