Capítulo 33 Alejandro

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Me dijo que no... No lo puedo creer. Amanda me dijo que no se quiere casar conmigo...

Este pensamiento se repite una vez tras otra en mi cabeza. Torturándome.

Cuando la dejo en la terraza me voy directo a mi despacho. Necesito estar solo y pensar. No entiendo que es lo que hice mal.

La única explicación que encuentro es que no me ama, al menos, no lo suficiente como para querer casarse conmigo y pasar el resto de su vida a mi lado.

Dejo el anillo en el cajón de mi escritorio y me dejo caer en mi silla.

En mi cabeza se repite una tras otra esas dos letras, "no". Como puede ser que dos simples letras puedan provocar tanto dolor.

Sin darme cuenta me pongo a llorar. La última vez que lo hice fue cuando murieron mis padres.

La puerta de mi despacho se abre lentamente y muy despacio entra Amanda. En este momento me gustaría no haberle dicho que entre sin golpear. Me seco las lágrimas con el dorso de mi mano, odio la idea que me vea así. Cuando Amanda se da cuenta que estoy llorando se acerca rápido a mí diciéndome:

—Ale... por el amor a Dios no llores. —

—Amanda, por favor dejame sólo. Necesito estar solo. —

—Pero dejame que te explique...—

—No hay nada que explicar. Ya fuiste más que clara, dijiste "no"—

Amanda se sienta a horcadas sobre mis piernas y me mira a los ojos. Veo el dolor que está sintiendo en este momento. Y tengo ganas de mimarla hasta borrar esa mirada de sus ojos. Y es lo que hago, es más grande el amor que siento por ella que el dolor que me provocó el que me haya dicho que no a mi propuesta de casamiento.

Acaricio su rostro muy suavemente con mis dedos, como si quisiese grabar cada uno de sus rasgos. Me doy cuenta que sigo llorando cuándo Amanda seca mis lágrimas con sus dedos y luego besa mi mejilla. Nos quedamos así, mimándonos un largo tiempo.

—Cuando te contesté que no, no era lo que te quise decir. — me dice Amanda con los ojos llenos de lágrimas. Hago el ademán para hablar, pero ella apoya su dedo índice sobre mis labios y después de besarme dice: —Dejame hablar. Dejame que te explique qué era lo que quería decir...—

Asiento con la cabeza y la dejo hablar. Amanda suspira mientras cierra los ojos, es tan hermosa. Cuando los vuelve a abrir me dice:

—Te amo. Y no quiero que lo dudes ni un solo segundo. Ya no concibo mi vida si vos no estás en ella. Cuando llegué a este departamento, estaba saliendo de una relación sumamente tóxica, que lamentablemente lo viviste tambien. Y nunca en la vida hubiese imaginado que me iba a volver a enamorar como lo hice de vos. Esta noche cuando te vi con tu gente, riendo, divirtiéndote, me di cuenta que vos hace mucho tiempo que no vivís, al igual que yo. — siento como me corre un frio por la espalda, no puedo creer que me esté dejando. Pero parece que ella se da cuenta que lo estoy pensando, porque antes que logre decir una sola palabra, Amanda se adelanta y me dice: —No te estoy dejando. Como te dije antes ya no concibo mi vida si vos no estás en ella. Pero creo que tendríamos que ir despacio. Tenemos todo el tiempo del mundo, mi amor. Seamos novios, con todo lo que eso trae. Aprendamos a expandir nuestro, hasta ahora, pequeño mundo. Y cuando esté todo más maduro, nos casamos. Ese "no" que te dije antes, no fue un "no" para siempre, si no un "no" por ahora. —

Amanda se me queda mirando esperando mi reacción. No sé qué contestarle, tengo tantos sentimientos encontrados. Por un lado entiendo cuál es su punto, y creo que tiene razón. Pero por otro lado, yo siento que estoy preparado para casarme con ella.

Alejandro  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora