Capítulo 23 (Alejandro)

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Despierto con el sonido de la alarma de mi despertador, son las ocho de la mañana y me siento como si me hubiese pasado un camión por encima.

Anoche me termine durmiendo a las cuatro de la mañana. Entre lo que paso con Amanda y después lo de Claudia, mi cabeza no podía parar.

Hoy después de la reunión tengo que hablar con Elena y Ramona. No sé bien que es lo que les voy a decir, pero algo tengo que hacer, no puedo dejar las cosas así.

Salgo de la cama de un salto, si no me levanto ahora, no lo voy a hacer. Y a las diez de la mañana tengo la reunión y es sumamente importante para mi proyecto.

Después de bañarme y ponerme mi traje negro, ese que sé que le gusta a Amanda, me voy a la cocina, ya no veo la hora de verla y poder besarla.

Antes de entrar en la cocina me llega el olor a pan tostado y café recién hecho, mmm...

Encuentro a Amanda apoyada en la mesada con el mate en la mano ensimismada en sus pensamientos. Es la mujer más hermosa que conocí en toda mi vida, me acerco lentamente y cuando estoy a unos pocos metros de ella le digo:

—Mi reino por conocer esos pensamientos...—

Amanda levanta la mirada y regalándome la sonrisa más hermosa me contesta:

—No entregues tu reino por esto pensamientos, no valen la pena...—

—No lo creo...— le contesto mientras que acerco a ella. Cuando estoy parado frente a ella, le saco el mate de las manos y lo apoyo sobre la mesada, luego la tomo por la cintura y acercándola a mí le digo:

—Buenos días, hermosa...— luego la beso.

—Buenos días...— me susurra casi encima de mis labios. Nos miramos a los ojos y ya no hace falta más las palabras.

Un carraspeo rompe el ambiente y ahí recuerdo que no estamos solos...

—Perdón que interrumpa... pero tengo hambre. Ustedes sigan con lo suyo, hagan de cuenta que yo no estoy acá...— nos dice Claudia entrando en la cocina. Se acerca a nosotros y nos da un beso en la mejilla a cada uno y luego nos dice: — no se corten por mí, sigan...—

—Es medio difícil que hagamos de cuenta que no estas acá... ¿no te parece? — le digo soltando contra mi voluntad a Amanda.

—No sé porque lo decís... — me dice robando una tostada de la bandeja para luego morderla haciendo ruido.

No vale la pena engancharme en este jueguito. Así que ignorando la cara de tonta que tiene le pregunto:

— ¿Cómo amaneciste? ¿Estas más tranquila? —

—Sí, digamos que estoy más tranquila... —

—Después de la reunión las voy a llamar para hablar con ellas — le digo.

—No te metas Alejandro, vas a terminar peleándote también con esas dos locas... ya bastante tengo pensando en todo lo que me dijeron, como para agregarle la pelea con vos... No, definitivamente no va a pasar. —

—Claudia, alguien tiene que hablar con ellas...—

—Nadie tiene que hacer nada. Ahora desayunemos, y empecemos el día...— me dice Claudia totalmente segura de lo que está diciendo.

Amanda está a unos metros de donde estoy hablando con Claudia, en algún momento se alejó y no me di cuenta. Me acerco a ella para preguntarle qué es lo que le pasa cuando se escucha el timbre del departamento.

—Yo voy...— me dice Amanda antes de darse media vuelta y salir de la cocina.

Claudia me mira, los dos sabemos quién es, la gente de seguridad del edificio no dejarían subir a nadie que no esté en la lista de persona autorizadas.

Alejandro  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora