Capítulo 23

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volví con mis mierdificssssssssssssss. Bueno, partí el capítulo en dos porque me quedo mas largo que mi miseria personal, pero honestamente tengo que seguir estudiando (oh si, ya no hay mas vacaciones para Nana) y no se si voy a poder subir la segunda parte de este capítulo hoy, capaz mañana. Los iba a subir mañana pero quería que tuvieran algo porque hace mucho que no subo nada ;_;

es medio paja este capítulo, pero es para que explique cosas que se vienen en la historia, oH YASS DRAMA IT'S COMINGGGGGGGG

gracias por leermeಥ⌣ಥ*・゚✧ *・゚✧ 

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Capítulo 23: Confusiones Internas. 

Cuando llegué caminando pesadamente por el pasto mojado de la mañana, solté un gruñido al ver todos los alumnos que se aglomeraban como una masa de gente para poder ver las calificaciones. Puse los ojos en blanco, ¿por qué eso era lo que realmente les importaba? Las malditas calificaciones, ver quién diablos llegó primero. Siempre era lo único que les importaba.

Es irónico que el objetivo de este campamento sea la homogeneidad y el compañerismo, cuando lo único que alientan con esas tablillas de premios y segundos lugares es a la competencia, y además se lo toman tan malditamente insano que es casi enfermizo. Estos idiotas se han llegado a golpear por el maldito primer puesto.

—Permis... —antes de poder hablar, el chico frente a mí que fanfarronea sobre su puesto con otros más se mueve atrás sin, obviamente, fijarse, y mi pie derecho se ve aplastado por el suyo mucho más grande que el mío. Un estremecimiento me golpea la pierna por el dolor repentino he irguiéndome en mi lugar, pego un terrible chillido que provoca la mirada de muchos a nuestro alrededor. —¡Maldita seas, joder!

—¡Oh mi...!—veo como el cuerpo frente a mí se gira inmediatamente, pego un traspiés, y pliego mi rodilla a mi pecho rápidamente, agarrándome el pie y sintiendo como los dedos parecen tener pulsaciones, me arde y me duele como el infierno. —¡Lo siento mucho!—iba a insultarlo, pero estaba demasiado ocupada soltando maldiciones. Mientras el pie me punzaba y apretaba mi deportivo con la mano, veo de reojo al chico. 

Oh, no. Es el tipo raro de la coordinación. No tenía idea de quién era. Nunca lo había visto, y tampoco se había tomando el momento de decirme su nombre en la coordinación. Bueno, bien, no conozco a casi nadie de esta institución, así que es más de lo mismo. Lo único que puedo apreciar, es que su cabello se veía como en un comercial de crema para el pelo. Tenía una melena negra, igual que las cejas que enmarcaban sus grandes ojos, y quise llorar porque desde aquí abajo, doblada, agarrándome el pie y con la cabeza arriba para verlo, aun así podía ver la curva de sus pestañeas. Tenía una casaca gris con el cierre abierto, dejando el ver el uniforme del instituto debajo de esta y una cinta blanca atada en su frente, donde las puntas blancas de la misma ondulaban junto a los mechones de su cabello negro. La hilera de pendientes color plata en sus orejas pareció reflejar la luz del pálido sol de invierno. Él era muy guapo, alto y de hombros anchos. De seguro era parte de la élite popular.

Ew.

Con las manos en los bolsillo delanteros de su pantalón, abrió sus ojos con una mueca en su rostro, se quedó unos segundos así y luego sonrió, viéndome de pies a cabeza y al parecer reconociéndome.

Enarcó una ceja, aun sonriendo —Un gusto volver a verte, pequeña lunática. Vaya boca tienes para ser una hoonbae, eh. —se burló, viendo como estaba agachada, viéndome el pie y soltando una letanía de maldiciones que hizo que muchos alumnos que pasaba se me quedaran viendo. Él, en cambio, sonreía.

『 ɢ ᴀ ɴ ʙ ᴀ ʀ ᴜ  ||  jungkook 』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora