Para Jungkook, todo debía siempre estar organizado y dirigido. La prudencia y en análisis de situación regían su vida. No estaban permitidos los errores en su vida.
Jihee, blindada con un fuerte sentido del humor que hacía fallecer a cualquier trag...
feliZ CUMPLEAÑOS A LA MAMÁ Y DOCTORA DEL PECASROBIN TE AMAMOS @MssTorres 💞💕💖
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by; j i h e e
Solté un gruñido a Jungkook cuando me agarró de la muñeca y me tironeó por los largos e interminables pasillos del gimnasio. El aire húmedo y frío se filtraba por mis fosas nasales quemándome los pulmones. Hacía un frío infernal el día de hoy, las voces de los alumnos y el repiqueteo de pasos apresurados llegaban a nosotros como un eco por las grandes paredes del pasillo.
—Te dije que si llegábamos tarde...
—Ya.
Cuando cruzamos las inmensas puertas del estadio una voz que se alzó a nuestras espaldas haciendo que nos congeláramos, subiendo los hombros y pegando un saltito.
—¡El primer día! —nos encogimos aún más de hombros ante la voz eufórica del entrenador.
—Modo tieso activado. —murmuré, casi de forma inconsciente. Por más que Jungkook me dio una palmada en la mano advertencia para que me lo tomara en serio, no pudo evitar ahogar una pequeña risilla por mis estupideces.
Pero era demasiado temprano y habían pasado demasiadas cosas. La otra noche hubo un gran lío, resulta que Tae es un traidor, descubrí que Jungkook es una especie de ninja de la Aldea de la Hoja peleando—lo cual recordaré para un futuro próximo donde probablemente me sirvan sus habilidades— me desmayé por el frío, resulta que nos volvimos a besar y que parece estar muy decidido a seguir con esos besos.
Eran demasiados acontecimientos para una chica que miraba las temporadas repetidas de Shingeki no Kyojin porque le daba pereza buscar animes nuevos.
El entrenador se cruzó de brazos, con la mirada severa y los ojos entrecerrados desde sus metro sesenta y tantos. Tenía unos pantalones deportivos grises casi igual a los míos y una chaqueta naranja con una franja blanca que tenía el escudo del Instituto.
Abrí la boca para hablar.
—Tienen exactamente un minuto para estar en la pista.
La cerré rápidamente y comencé a correr, sujetando al gigante que tenía como compañero a mi lado.
—Te veo en la pista. —dije de forma agitada. Jungkook seguía confundido —No era chiste lo del minuto. En serio. No lo es. —él reaccionó cuando me vio dar unas zancadas a los vestuarios femeninos, que estaban al lado.
Ignoré completamente la tensión que se acumuló en mi espalda debido a las miradas sobre mi cabeza y de los empujones que recibí cuando corrí a mi casillero. Nada nuevo. Ellas no aplicaban nuevos métodos y la verdad era un poco aburrido. Escuché algunos insultos, cosas como pordiosera y huérfana. Ah, saber que mi poderoso y millonario padrastro pagaba mi matrícula y todo lo demás parecía darles algún derecho que no conocía a molestarme. Desde primer año, claro. Pero ya no me asustaban. Ya no era la niña ingenua que dejaba que la golpeasen. Ahora mismo, incluso se me hacían demasiado aburridas e infelices como para odiarlas.
