Para Jungkook, todo debía siempre estar organizado y dirigido. La prudencia y en análisis de situación regían su vida. No estaban permitidos los errores en su vida.
Jihee, blindada con un fuerte sentido del humor que hacía fallecer a cualquier trag...
—¡Bueno, perdón!, ¿qué quieres que haga?, ¿dejar de odiar a la gente del instituto y le baje al volumen?
Niwa soltó un bufido, miró a terrón de chocolate y luego me señaló con una de sus afiladas uñas negras—Para eso tendrías que volver a nacer.
—Con la suerte que tengo, revivo solo para pasar toda la secundaria de nuevo. —amos se rieron—De todas formas, esa chica era muy bonita, que raro que se peleó con Jungkook.
—Si, ella se ve como alguien que encajaría muy bien con él, —Tae sonrió, como si estuviera recodando algo, luego arrugó la nariz—Lo que pasó anoche fue muy, muy... ¿cómo es que se dice cunado sale al revés? Platónico.
—Irónico, Tae, irónico.
—Ah sí.
—Igual, —me acomodé en mi lugar, sentándome de costado y mis rodillas quedaron en dirección a terrón de chocolate—Creí que esas mierdas del baño de chicas eran puras estupideces y chismes. —Niwa abrió mucho los ojos de golpe, haciéndome una mueca y señalándome algo que no supe identificar. —Digo, —continué hablando y haciendo ademanes con mis manos, ignorándola-Yo nunca les creo una mierda cuando se ponen a hablar de chicos entre sí como si perder la virginidad fuera la gran hazaña de sus vidas. — solté con honestidad— Ni que la virginidad fuera lo más importante de toda tu maldita adolescencia y tu vida tenga que girar en ese entorno. Se me hace medio patético. Ósea es especial y esas mierdas, pero conozco a chicas que la perdieron por un polvo y no andan haciendo tanto drama, y no tendría por qué juzgarlas o juzgarlos si se trata de chicos. Es especial a medida de cada uno. Tanto como si no la perdiste aún y tienes diecisiete años, o así tengas treinta y uno y eres hombre, es tu problema, lo que los demás digan te debe importar un carajo. —Niwa me sonrió, como si fuera una madre orgullosa—Además, Jungkook es popular y siempre tiene a muchas perras detrás suyo, ¿no sería medio obvio que algunas mintieran sobre él?, estoy segura que de siete chicas que murmuran cosas sobre él, solo dos se lo follaron. No hay que creer todo lo que dicen. Además, ¿por qué carajos me iba a importar su vida sexual, o la de Jungkook?—Tae miró atrás mío y abrió mucho los ojos también, comenzó a hacerme muecas quedando muy chistoso, ya que tenía la mascarilla aún puesta. —¿Por qué no se ponen a hablar de, yo que sé, gatos gordos o comida?, ¡a eso si le prestaría más atención! Además hablan del bárbaro como si fuera la gran cosa del instituto. Ni que Jungkook fuera el rey del sexo o algo así.
-Oh, pecas, ¿te gustaría una demostración privada para descubrirlo tú misma?-la arrolladora y somnoliento voz de Jungkook resonó en la habitación a mis espaldas y me giré como una maniática a la puerta del pasillo. Al ver, y notar que aún no se había puesto una camiseta, sentí como mi estómago se retorcía y de repente me pareció difícil tragar. Era sin duda un chico espléndidamente hermoso y con un cuerpo muy trabajado, intenté, de ninguna forma, dejar que mi mirada siguiera la hendidura al medio de su pecho que marcaba las líneas de unos anchos pectorales y fuerza bruta.
Me di cuenta, también, que la tinta negra y gris que estaba salpicada en la piel de su abdomen y costillas derechas, era el claro dibujo de la cabeza un lobo negro. Los trazos eran claramente de un dibujo tipo japonés, el lobo negro había sido dibujado de frente, gruñendo salvajemente y en la parte de arriba, tenía el cráneo humano dibujando en matices grises, como si se lo estuviera comparando con el del lobo. Le daba un aspecto mucho mas sombrío a Jungkook.
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