『 ɢ ᴀ ɴ ʙ ᴀ ʀ ᴜ || jungkook 』

Capítulo 7

Jihee

       —¿¡Qué pasa con ese desastre!? —Sohee tocó con la punta del dedo la pila de ollas dentro del lavamanos, al tocarla, la pila cayó en fuertes sonidos metálicos que me hicieron sobresaltar —¡Simplemente iba a ser un goguma cake!

Abrí la boca para hablar, pero la cerré inmediatamente. Sohee se quedó quieta, pareció querer volver a gritarme, sin embargo, miró nuevamente la suciedad encima de la encimera de la cocina y se agarró los cabellos de la cabeza con fuerza.

—No sabía que se necesitaban tantas cosas...

Sentada sobre mis tobillos, como un sirviente que es castigado por su amo, la miré desde el piso de madera con ojos lastimeros. Ella me entrecerró la vista.

—Jihee-ya, debes lavar mientras cocines ¡Ya hablamos de esto!

Asentí lentamente, sin levantar la mirada.

Viviendo con mi familia desde pequeña, solía hacer muchas tareas que se me encomendaban y era responsable en ello, cuando supe que viviría lejos de todos, realmente creía que no tendría problemas.

Bueno, tenía la realidad bastante alterada.

En casa, había un acuerdo tácito donde el abuelo era quién se encargaba de la limpieza del hogar, Yuan y Tong de las comidas, y la abuela, que detestaba hacer ambas cosas, se encargaba de arreglar paredes con humedad o fisuras, electrodomésticos, y el auto. Era una mezcla de mecánico, plomero y encargada de restaurante, era normal para mí verla debajo del auto, llena de grasa y aceite, o resolviendo situaciones con proveedores y clientes.

Mis tareas en el hogar se limitaban a lo que ellos me ordenaran hacer cuando surgía algún inconveniente. Digamos, que, de alguna manera, no tenía la rigurosidad con la que Sohee se manejaba en la vida hogareña...

—Está bien, está bien —dijo Sohee, más para ella misma que para mí. Se mordió el labio y se quedó viendo los machones de pasta de harina y agua en las paredes de la cocina, además de los utensilios sucios esparcidos por la encimera —Creciste en una familia que te mimó, a diferencia de algunos...—se puso las manos en las caderas, un momento después, comenzó a arremangarse el suéter —No tienes cultura de organización porque tu familia lo hacía por tí. Eso es bueno, me alegro por ti, por crecer en una familia sana, me alegro mucho. Me alegro tanto...

Iba a matarme.

—Sohee...

—Es normal que pase esto, es la primera vez que vives lejos de ellos.

—Mh, oye...

—Dejas la toalla en el baño tirada o el piso empapado, ni hablar de la pila de ropa en tu cama. Bien ¡bien! —gritó —Nadie nunca te reprendió por eso, es normal este desastre...

—Sohee.

—¡Absolutamente normal!

—¡Sohee!

Ella se giró a mi como una desquiciada, abrió tanto los ojos que creí que explotarían. Hasta Sehoo, que estaba en la sala de estar, sentado sobre un cojín escribiendo, se sobresaltó y alzó la cabeza a nosotras.

—Te estoy diciendo que está bien —gruñó entre dientes —No pasa nada, solo hay que arreglarlo.

—No es por eso que te llamé, puedo asear yo...

Ella frunció el ceño.

—El goguma cake...

Ella se quedó quieta, de alguna manera, pareció anticipar algo malo, porque me miró sin expresión, completamente inmóvil. Yo me pregunté cómo es que alguien tan linda podía dar tanto miedo.