『 ɢ ᴀ ɴ ʙ ᴀ ʀ ᴜ || jungkook 』

Capítulo 19

 me puse las pilas para darles una pequeña sorpresa hehehe (ﾉಠ◡ಠ )ﾉ💞💖 

[❆]      

Capítulo 19: Could not.

—Yo estoy sobria también. —murmuró Hyemi, parecía muy molesta y enojada. Niwa la ignoró, o simplemente no la escuchó, porque cuando accedí a llevar a Jihee, la pelinegra se relajó en su lugar y comenzó a charlar con el pelirrojo.

Cuando me estaba poniendo de pie, pude sentir la mirada penetrante de Hyemi, como si estuviera advirtiéndome de algo si hacía esto. Me importaba una mierda. Yo iba a arropar a pecas, ¡arroparla! nada era de importancia en ese momento excepto que ella durmiera calentita.

Me puse de pie y di dos pasos hasta quedar a un costado del cuerpo laxo y sereno de pecas, ahora tenía la cabeza apoyada en la mesa y su espalda estaba terriblemente encorvada.

—Pecas, —me agaché junto a ella y coloqué una mano en su espalda. Ella reaccionó muy tardíamente. Se desperezó despreocupadamente, estirando sus brazos al frente y bostezando. Me recordó a un gatito agazapado despertándose de una larga siesta. ¿Por qué se me hacía tan malditamente linda?, me estaba matando. —Hora de levantarse. —ella se refregó los puños a los ojos, los mantuvo cerrados y los abrió muy lentamente, mirando a su alrededor. Logré realmente captar su atención cuando me puse en cuclillas a su lado. Me miró perdida, estaba tremendamente sonrojada, como se había dado una ducha, tenía muchos mechones húmedos y pelos pegados en sus mejillas, y el friz había hecho estragos en las puntas de su pelo y en la cresta de su cabello. Sin embargo, no dejaba de verse preciosa.

—¿Bárbaro?—murmuró, hace mucho no me decía así. Le sonreí y me acerqué más. —¿Vamos a dormir?

Me encantaría, pero no es el plan.

—Tú lo harás. —yo no, no contigo, lamentablemente. Ella pestañeó muchas veces más y luego miró la mano que le tendí.

—Pero, ¿y si nos perdemos?—lució preocupada.

—¿Por ir a la habitación?, no lo creo. 

—Vale, pero de todas formas le mandaré la ubicación por kakao a Niwa y terrón de chocolate. —su amiga rió junto a ella, y Tae y el tal Bon le aseguraron que, si no la veían, mirarían la ubicación que ella había mandado. Aún estaba medio dormida cuando la sostuve del brazo y caminé cuidadosamente con ella por el pasillo. Nunca había sido tan estúpidamente cuidadoso con algo en toda mi maldita vida. Su pequeño cuerpo se apoyaba en el mío para caminar y parecía poder dormirse de pie, en un momento cerró sus ojos y se negó a caminar. Si seguía así iba a caerse en cualquier maldito momento. Diablos, pecas, solo tomaste literalmente tres malditos tragos.

Hice que apoyara pausadamente su cabeza en la pared y, deslizando mi mano por su diminuta espalda, la alcé en el aire y luego mi otro brazo quedó atrapado debajo de sus rodillas. Con sus pequeños pies pálidos colgando de un lado. Era como una suave y maldita pluma.

Ahora pegada a mi cuerpo, estaba absorbiendo la calidez del suyo y he de decir que no me desagradó para nada. La miré caminando por el largo pasillo, su cabeza descansaba más abajo de mi hombro y se había acurrucado cual gatito y frotado su nariz en mí, por lo que estaba de perfil. Examiné más a fondo su rostro, absorbiendo cada hermoso detalle. El borde rizado de las puntas de su cabello, el cual seguía húmedo y pegado a los costados de sus mejillas, la curva pecosa de su pequeña nariz, sus labios llenos y rosados y sus pequeñas orejas. Deseé mordisqueárselas de golpe, jugar con ellas, lamer la parte posterior y su cuello.