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El rapero se mantuvo quieto mientras JiMin terminaba de cepillar su ya largo cabello tinturado.

El chico tenía un puchero en los labios, mientras le hablaba de lo muy pesado que los ensayos se volvían conforme la gira continuaba y el tiempo se deslizaba por entre sus dedos, pero todo lo que YoonGi sabía era que no podía mantener sus ojos lejos de JiMin.

Había algo gracioso en permanecer así, quieto y perdido en su mundo, mientras JiMin seguía orbitando alrededor de los demás, con su preciosa sonrisa en los labios.

Y con el paso del tiempo, YoonGi entendió que lo que lo volvía gracioso era el hecho de que se convertía en una persona más expresiva y suave a los ojos de los demás, cuando toda su atención se centraba en JiMin.

Incluso cuando su relación no se hacía pública, todas las sospechas estaban sobre ellos, tan marcadas y notorias como las miradas y las sonrisas sinceras que se daban entre sí, todas diferentes a las que usualmente mantenían con el resto de los chicos.

Se arrojó de espalda sobre la cama, frotando sus ojos con un puño y suspirando ante el peso que pronto se instalo en su regazo. JiMin se movió de forma rápida, trepando por su cuerpo y apoyando las manos en su pecho, mientras su cabello lacio caía por su frente y lo hacía lucir etéreo ante los ojos de cualquier pobre mortal.

Pero Incluso cuando fuese así.. YoonGi siempre tuvo el privilegio de ver todas esas facetas que JiMin se privó de mostrar porque no iban acorde con un Idol y, en definitiva, no con la imagen que se había proyectado de BTS.

Pese a que la situación de su relación afectó en una cantidad considerable en su país natal, la fama del grupo se expandió a otros países, mismos donde rompían récord tras récord, recibiendo todo el apoyo que se les negaba en Corea y colocando a la banda en lo alto, demostrando que aún con todos los perjuicios que su propia gente demostró, ellos seguían transmitiendo el mismo mensaje, atraves de su música y sus acciones como personas.

Borrando el pensamiento momentáneamente de su cabeza, YoonGi se concentró en los cálidos labios que impactaron contra los suyos y en la lengua que se hundió dentro de su boca, robandole el aliento.

JiMin le besó por largos minutos, donde los chasquidos y los gemidos bajos, tomaron el control de la situación entre ambos cuerpos y finalizó con un suave chupón en su labio superior.

—Tengamos una cita. —JiMin murmuró quedito.

YoonGi frunció el entrecejo ante la petición, pero asintió hacia la convicción que demostraba el menor.

—Sabes que será difícil, pero nada que no se pueda solucionar ¿uhm? —Apretó el cuerpo que se cernia sobre el suyo, aspirando el aroma de su cabello y decidiendo que aquello valía toda la pena.

—Ah, no te preocupes. Aún podemos huir de los guardaespaldas y escondernos en un pequeño espacio que podamos disfrutar, sin el temor de que nos salten encima.

Bufando, YoonGi soltó una suave carcajada ante la mención de su chico.

—¿Existe un lugar así en Corea?

—Bueno, te sorprendería. —JiMin continuó, suspirando contra el pecho cubierto del rapero. —Pero enserio, quiero una cita normal, podemos intentarlo.

—Podemos. Lo haremos, lo prometo.

Y aunque quiso saber más detalles de todo lo que JiMin había planeado, soportó el silencio de lo que sabía, sería una sorpresa por parte del menor.

JiMin seguía siendo tan dulce y tan tierno, enviando hasta el fondo todos los pensamientos dolorosos de que, en algún punto, el dejó o dejaría de amarlo.

Su amor encendió todas las luces que YoonGi siempre creyó apagadas, por el temor de salir herido en algo que francamente no sabía como controlar.

Y lo amaba tanto por ello.

Innegable © YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora