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El rapero se removió sobre la cama, abriendo los ojos y tratando de enfocar las suaves siluetas, al mismo tiempo que su respiración y las sensaciones se intensificaban.

Despierto, YoonGi capturó a JiMin entre sus piernas y el sonido acuoso que se abrió paso entre el silencio de la habitación de hotel, le dio una clara idea del porqué su cuerpo estaba reaccionando de esa manera.

La suave, húmeda y caliente boca del bailarín, está rodeando su miembro por completo, subiendo y bajando por su extensión, amoldandose a su grosor y apretando lo necesario como para tenerlo hecho un lío en menos tiempo de lo esperado.

YoonGi enreda sus largos dedos en el cabello casi blanco de su chico, enredandolos y moviendo ligeramente las caderas al compás de JiMin, dejando que sus jadeos escapen de su boca entre abierta.

JiMin desliza su lengua juguetona sobre la punta, chupando fuerte la misma y regresando hacia su extensión, mientras sus propios gemidos son ahogados y la vibración causa espasmos placenteros en la piel y en la mente del rapero.

Mientras el menor realiza los últimos fuertes movimientos con su boca, YoonGi agradece a todo lo bueno del mundo por darle la oportunidad de tener a ese chico con él. Y no es que se trate del sexo o de poder despertar de tan grata forma, es solo que JiMin tiene esa dualidad preciosa que lo vuelve loco y lo enamora mucho más, casi tocando el fondo.

Su JiMin es tranquilo, alegre, carismático y noble. Pero también es sensual, espontáneo y definitivamente ama consentirlo en cada aspecto de su relación. Por lo que YoonGi podría decir que se sacó la lotería con un novio que lo tiene todo.

Levantando las caderas, embiste un par de veces la cavidad contraria, terminando por correrse en la boca de su chico y aún con los ojos cerrados y la respiración agitada, medio sonríe al saber que ese travieso se lo tragó todo.

—Joder, te amo. —Susurra lentamente, recibiendo el cuerpo de su chico entre sus brazos y siseando ante la fricción de su piel sensible contra la caliente de JiMin.

—También te amo.

JiMin se comporta mimoso durante un buen rato, trazando pequeñas líneas sobre la piel de sus mejillas y dejando besitos en la punta de su nariz.

No hay más conversación que los suaves roces que sus cuerpos se brindan o las muestras de afecto que ambos se dan, buscando la intimidad que tanto aman sin tener que transmitir palabras de más.

Finalmente, YoonGi los envuelve entre las frías sábanas, con JiMin acomodado en su costado y uno de sus brazos alrededor de su pequeña cintura.

YoonGi está seguro de que no existe un mejor sitio que ese; junto a su chico que ama cada día.

Porque después de un día lleno de trabajo, estrés, horas de sueño perdido y mal humor, es JiMin quien parece iluminar todo a su paso y llevarse las cosas malas que lo están molestando.

—Perdón por todas las cosas malas, no soy perfecto y tengo mis propios errores.. voy a fallar muchas veces, pero te prometo que voy a esforzarme cada día para reparar todo lo que, ahora, es un desastre.

Sonríe al recordar y repetir las mismas palabras que le dijo a JiMin la primera vez que ambos hablaron sobre sus sentimientos.. cuando todo era muy confuso y el peso de fingir se volvió asfixiante.

JiMin lo había aceptado y YoonGi se prometió que sin importar nada, él siempre trataría de hacerlo feliz.

Besó de nueva cuenta los ojitos ya cerrados del bailarín y se acomodó para dormir también.

Al final el día no había sido tan malo.

Innegable © YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora