Capitulo 28: Un corazón a punto de morir

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Semanas después

Ambas se habían recuperado, Anabel e Isabella lograron dejar el hospital pero con ánimos muy distintos. Isabella poco a poco fue aceptando que estaba embarazada y aún con el miedo de repetir la historia, intentaba controlar sus vicios y adicciones. En cambio Anabel al enterarse el embarazo de Isabella no lo podía soportar. Adrián generosamente le había prestado uno de sus apartamentos en la ciudad y poco a poco fue saliendo del bache donde Isabella la había hundido. Pero el rencor seguía profundo sembrado en su corazón. Se preparaba para ir a la empresa de Adrián a desempeñar su nuevo puesto; deslizando el labial rojo en sus labios se miraba fijamente en el espejo. Ya lo tenía decidido, enteraría a Isabella de todo si Alejandro volvía a rechazarle. Y es que los consejos malintencionados de Meredith solo lograban hacer que la joven tomara caminos torcidos.

— ¿Puedo hacerte una pregunta niña?

— ¿Que quieres saber?

Mirándola curiosa Meredith preguntó

— ¿Como se llama tu mamá?  Se que eres huérfana pero me imagino que al menos el nombre debes de saber.

Volteándose a mirarla se cruzó de brazos

— ¿Y eso qué importancia tiene?

— Responde y ya

— No se quien es mi madre, solo se que me abandonó y ya. Me dejo con mi tía y nunca supe de ella. No tengo ni siquiera una foto.

— Mmm, ya ¿y como se llama tu tía?

— Laura Palacios ¿A qué viene tanta pregunta?

— ¿Y tú padre?

— Si no se quien es mi madre..., mucho menos se quien es mi padre.

Meredith estaba más que victoriosa con la verdad que tenía en sus manos y muchos tenían deseos de conocer incluso la misma Anabel. Comenzaba un plan destructivo contra su prima justamente con lo que más ella amaba aún sin tenerlo. Sonriendo comentó

— Creo que estás durmiéndote mucho, ¿tan rápido te rendiste?

— No se de que hablas

— Alejandro e Isabella serán padres en unos meses y eso va a fortalecer su relación. Creía que ibas a impedirlo.

Anabel curvó la comisura con malicia

— Antes no podía hacer mucho, no tenía mucho pero gracias a Adrián no solo tengo dinero sino información y eso es poder.

— ¿A qué te refieres?

Mirando como le había quedado el traje ejecutivo que había elegido para ese día suspiró explicándole cómo pretendía destruir en un abrir y cerrar de ojos aquella relación.

— He estado pensando al respecto..., tengo la forma perfecta de hacer que se separen. Isabella lo odiará y no querrá saber de él. Según escuché, van a realizar una actividad privada en su casa con muchos invitados según me he enterado. Quieren dar la noticia del embarazo además de celebrar el cumpleaños de Isabella. Pues bien, creo que es el mejor momento para que ella se entere de que solo fue una apuesta de su marido una que ganó. Además también se va a enterar que su marido le fue infiel conmigo y de eso, tengo pruebas. Se les va a acabar el cuento de hadas y así ella me va a pagar por haberme jodido tantos meses.

Meredith dio unos cuantos aplausos inyectando aún más su veneno. Acercándose a ella, miró el reflejo de la joven y era increíble el parecido fugaz que tenía con su prima.

— Creo que además de eso..., hay algo más que vas a poder usar en tu espectáculo...

— ¿Que cosa?

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