Capítulo 2

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Suena la alarma, señal de que tengo que levantar contra mi propia voluntad a salir a la calle a buscar trabajo, en tiempos de desespero, estoy dispuesta a aceptar cualquier trabajo.
Tomo una ducha, desayuno y me arreglo un poco formal para ir en marcha a los alrededores. Salgo de mi apartamento y saludo al portero del edificio, es un señor mayor, le calculo que ha de estar en sus 60's, me sonríe en señal de saludo y yo le respondo igual, parece una persona cálida.

Esa misma tarde...

Ya es pasado de medio día y llevo horas caminando, soy una persona bastante tacaña así que prefiero ahorrarme UBER o el boleto del metro, llevo unos zapatos con poco tacón, pero al caminar lo que yo he caminado con ellos ya se sienten como artefactos de tortura medieval, gracias al cielo me he topado con este parque, así que decidí darme un descanso, ahora mismo debo parecerle extrañas a las personas, ya que estoy sentada con mis piernas dobladas, sin zapatos y escribiendo a mitad del día sobre mi mala fortuna en una banca de parque, ya que los posibles establecimientos cerca de casa donde podía trabajar, no estaban solicitando empleada, simplemente no cumplía con los requisitos, y en el único lugar que si había vacante, ya se lo habían dado a otra chica hacía 10 minutos antes que yo llegara, vaya suerte. Seguiré con mi bitácora de desafortunados eventos en cuando ocurra el próximo, manténganse en sintonía, no será mucha la espera, se los prometo.

-V.S.

Me levanté de la banca, me coloqué mis zapatos y antes de llegar a esa banca, noté que en una cuadra atrás en la librería estaban solicitando a una recepcionista, así que iré a probar suerte... bueno mejor más tarde, muero de hambre.

Narra Keanu

Llamada entrante

-¿Hola?

-Keanu, soy Chad, ¿cómo te encuentras hermano?

-Hey, Chad, bastante bien, todo normal

-Me alegro

-¿Pasa algo? Me sorprende bastante tu llamada

-No, no te alarmes, es solo que quería pedirte un favor

-Claro hermano, en lo que pueda ayudar

-Bueno, es más como un aviso. Mi hija se acaba de mudar a unos departamentos por el Boulevard Sunset, aquí en Los Ángeles, se que está bastante cerca de donde vives.

- Sí bastante, a unos 15 minutos a lo mucho

- ¿La recuerdas no?

- ¿A tu hija? Pues solamente por lo que me has contado de ella, pero hace años la ví, si aún luce como lo hacía de pequeña, supongo no tendré problema en reconocerla -reí

-La pequeña Violet no es tan pequeña ahora- río junto conmigo

- ¿Cual es el favor que me querías pedir amigo?

- Bueno, espero no te moleste, pero le di tu número telefónico, como nosotros estamos en california, me sentiría más tranquilo si tuviera tu número en caso de alguna emergencia

-En lo absoluto, cualquier cosa que se le llegue a ofrecer o pase algo, la atenderé de inmediato, tu no te preocupes

-Gracias hermano, de verdad, solo te advierto que a veces es un poco testaruda y persistente, pero es una buena chica

-No es nada

-Esta bien, te dejo, supongo que tienes cosas que hacer

-De hecho, voy de salida, solamente a comprar algunas cosas que me hacen falta

-No te quito más tu tiempo Keanu, gusto en saludarte, espero verte pronto

-Igualmente amigo, cuídate

Fin de la llamada

Me conmovió el hecho de que Chad se haya tomado la molestia de confiarme la seguridad de su hija, hemos sido amigos desde que éramos jóvenes, recuerdo cuando acompañó a Chad al set de Matrix, no recuerdo muy bien en que año, solo se me viene a la mente esa pequeña niña de ojos azules, cabello castaño sujetado por una coleta alta, era muy tímida. A pesar de ser muy amigos, no frecuento mucho a su familia, solamente cuando tenemos trabajo juntos es cuando nos vemos, a su hija nunca la volví a ver, pero no hacía falta, ya que Chad nunca ha dejado de alabar su belleza y su talento para las artes marciales, su "pequeña" como el llama, se nota que la ama mucho, me hubiera encantado saber ese sentimiento también, pero al parecer a la vida no le parezco lo suficientemente calificado para esa labor.

Me dirijo a la librería que está por la Avenida Franklin, que es una de mis favoritas ya que está en una ubicación bastante privada, a comprar un nuevo libro. Estacioné mi moto en la acera de a lado del parque e hice mis compras rápidamente. Al salir de la biblioteca, noté una escena que captó mi atención, era esta mujer sentada con sus piernas dobladas, agachada escribiendo y por debajo de la banca sus zapatos tirados.
Estaba a punto de arrancar, cuando noté que la misma mujer de la banca se levantó para irse, pero ví a lo lejos que dejó algo en ella, me acerqué para ver que era y era una libreta color rojo, rápidamente la tomé y cuando levanté la vista, la mujer ya se había ido. No sabía que hacer, si reportarla en alguna comisaría o establecimiento, ya que era un parque público, y dejarla ahí no me parecía buena idea, cualquiera se la puede llevar, así que mejor opté por llevarla a mi casa. Mañana volveré a la misma hora por si ella está aquí para buscarla, ni si quiera vi bien su rostro por si me la encuentro en el camino, bueno, espero encontrarla aquí mañana.

INSTINTO (Keanu Reeves) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora