INSTINTO (Keanu Reeves)

Capítulo 39

Narra Violet

Papá tuvo la genial idea de invitar a Patrick a la cena de Keanu, Dios no podía ponerme en una situación más incómoda, estaba a punto de volverme loca pues ese hombre era realmente intenso y no dejaba pasar ninguna oportunidad para insinuarse;

-¿Qué hay de ti Patrick, acaso no tienes a alguien especial en tu vida? Eres un jovencito muy guapo, de seguro has de tener a varias- preguntó Halle, yo solo sentí la mirada de Patrick sobre mi, por lo que evité a toda costa hacer contacto visual con él

-Sí Halle, hay alguien especial, que me gustaría algún día me aceptara- estaba completamente tensa, ni siquiera podía ver a Keanu a los ojos

-Eres un descarado- soltó papá- pero debo de admitir que se verían realmente bien juntos- yo solo palmeaba mi frente internamente, no ahora papá- ¿no es así?- preguntó dirigiéndose a Halle y Keanu, deseaba que nadie contestara su pregunta

-Claro que sí, harían una hermosa pareja- dijo Halle emocionada

-No lo se, depende de lo que opine Violet- dijo el castaño seriamente; ya no podía soportar tanta incomodidad, solo necesitaba salir de ese lugar de inmediato

-Saldré un momento, disculpen- sonreí a regañadientes y me dirigí a la terraza, tal vez aire fresco y un cigarrillo logre relajarme un poco

Al salir fui al lugar más recóndito para estar sola, tome el cigarrillo y lo puse entre mis labios, traté de encenderlo pero el encendedor no funcionaba, esto me frustró aún más, cuando una mano ajena encendió mi cigarrillo, lo observé y era Patrick, me había seguido.

-Te vez nerviosa- dijo sacando un cigarrillo para acompañarme

-Las fiestas no son lo mío- confesé

-Veo que es un hábito tuyo huir de ellas, ¿no?- dijo haciendo referencia a la primera vez que nos conocimos y me fui de la discoteca, yo solo sonreí ante lo mencionado- ¿ya lo encontraste?- solo lo observé confundida- a lo que en verdad te apasiona, recuerdo que me dijiste que aún no lo sabías, ¿lo sabes ahora?

-Lo sé- jale humo del cigarrillo y lo expulsé- voy a ser escritora

-Pido que me des un autógrafo, así cuando seas una escritora famosa lo podré vender por millones y hacerme rico- aquello hizo que riera, era un chico algo gracioso cuando no estaba sobre mi

-Veremos si funciona- solté melancólica, pues ya estaba cansada de no encontrarme a mi misma

-Estoy seguro de ello, tan seguro como que algún día verás mi apellido Hughes, junto a los mejores directores de cine de la historia- respondió alardeando, reí una vez más ante sus ocurrencias- Violet, ¿puedo preguntarte algo?

-Claro- respondí algo nerviosa

-¿Alguna vez te has enamorado?- aquello me tomó por sorpresa, pero hizo que pensara inmediatamente en Keanu, estaba profundamente enamorada de él, eso era seguro

-Sí- confesé; no planeaba dar detalles, pero quería de una vez por todas que supiera que mis pensamientos ya le pertenecían a alguien más, al parecer Patrick estaba confiado que mi respuesta sería otra, por lo que su semblante cambió

-Yo también- no me gustaba nada a donde iba a esta conversación- y creo que tu sabes a quién me refiero- en sus ojos había un tierno brillo, era un chico muy bueno, pero lamentablemente no me era posible corresponderle

-Patrick, no necesitas hacer esto...

-Me gustas Violet, no me gustas, me encantas- no supe que responder ante la obvia confesión- desde el primer día que te conocí y probé por primera vez tus labios, quedé impregnado a ti, por eso después de que te fuiste te busqué por cielo, mar y tierra, al ver que no tenía ni una pista de tu paradero, me había resignado, pero ahora que volviste a mi vida, me he propuesto a no rendirme hasta que aceptes estar conmigo, por favor, dime que aceptarás- ni siquiera me dejó responder cuando sentí sus labios sobre los míos unidos un beso, estaba en shock, mi cuerpo no respondía ante lo que estaba pasando, hasta que por encima del hombro de Patrick vi el rostro de Keanu, la decepción en sus ojos hizo que reaccionara de inmediato empujándolo, Patrick solo me miró como si de una loca se tratase, pero ya era demasiado tarde, Keanu se había ido

-¡No sabes lo que acabas de hacer!- le grité enojada

-Lo siento Violet, pensé... pensé que tu también querías...- dijo desilusionado- dijiste que estabas enamorada

-¡No me refería a ti!- lo aparté de mi camino empujándolo de nuevo y salí corriendo para alcanzar a Keanu

No lo veía por ninguna parte, busqué junto los invitados y no estaba, en su habitación tampoco, pensé en el posible lugar en dónde estaría. Entré a la habitación en donde tiene su biblioteca y efectivamente, se encontraba sentado en el sofá de ahí con una copa de alcohol mirando al vacío, estaba obscuro con la única luz de la luna colándose por la ventana; entré a la habitación cerrando la puerta cortando el ruido de la música del fondo.

-Puedo explicarlo- solté, a lo que Keanu ni siquiera me miró

-No tienes porqué- declaró serio

-No es lo que parece- dije una vez más; Keanu me miró fijamente, nunca me había mirado de esa forma, se veía tan severo que envió escalofríos por toda mi espalda; se puso de pie y se dirigió directamente plantándose frente a mí

-¿Acaso no se estaban besando?- interrogó serio; ese hombre tenía algo que a pesar de no levantar la voz, con el simple hecho de tener el semblante de esa forma era escalofriante

-sí, pero no es por lo que tu piensas, yo-

-Debí haberlo visto venir- eso lo dijo soltando una risa sarcástica y frívola

-No comprendo a lo que te refieres- dije confundida

-Llega este joven chico brillante, apuesto, emocionante y talentoso, te lleva comida y te trata bien, ¿qué perfecto no?, la ingenua Violet iba a terminar cayendo como todos

-¿Acaso dudas de mi amor?, ¿después de todo lo que hemos pasado?- ahora yo también empezaba alterarme

-Pues quién sabe que más hubieran hecho si no hubiera interrumpido- aquello de verdad me insultó y no pude evitar soltarle una bofetada, él me miró de nuevo, otra vez esa frívola mirada- sabía que hacerle caso a una chiquilla inmadura como tú me traería problemas

-Me alegro que hayas dicho lo que en verdad pensabas- dije tratando de no soltar una lagrima

-Tengo invitados a los que atender, con permiso- dijo dejándome en medio de aquella biblioteca en la obscuridad, sonó el portazo y no pude contenerme más, realmente me había lastimado esta vez...

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Ay ahora si se enojaron ;(