Capítulo 47

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-¿Cómo pudiste?- al ver que todo este tiempo se trató de James rompió mi corazón en mil pedazos

Siempre fue un hombre con el que tuve algunos encuentros desagradables en la librería, pero al final hacía algunos detalles que lo hacían buena persona. Nunca me imaginé que el monstruo que vivía constantemente atormentándome estuviese siempre tan cerca de mi, acechándome en la obscuridad, esperando la oportunidad de atacar, no podía creer lo tonta que fui, ¿cómo era posible que nunca lo haya sospechado?, no cabía en mí el hecho que siempre lo tuve frente de mí.

-Cuando llegaste por primera vez a la librería y te ví, no pude creer lo hermosa que eras, me enamoré de inmediato, con el poco tiempo llegué a obsesionarme, todo iba de maravilla, hasta que llegó él- lo dijo mientras veía con ira a Keanu- el señor "perfecto" que llegó y te fue separando lentamente de mí- el escucharlo hablar de esa manera me parecía enfermizo, pues lo hacía como si él y yo hubiésemos tenido algo- tenía que hacer algo, si no eras mía, no ibas a ser de nadie

-Estas enfermo James- dije con desprecio

-Enfermo no cariño... digamos que soy, dedicado- su demencia era evidente, pues no mostraba remordimiento absoluto, era un total psicópata

-Te llevarán muy lejos en donde no nos puedas hacer daño nunca más- dije victoriosa; James comenzó a reír como si estuviera loco- ¿qué es tan gracioso idiota?

-Están arruinados- sentenció para echarse a reír de nuevo

-dime a qué te refieres bastardo- al ver que no contestaba a mi pregunta, le propiné una bofetada con todas mis fuerzas

-Siempre me gustó lo ruda que eras- de nuevo su cinismo no tenía nombre

-Habla ya, James- demandé

-Ya vendí las fotos a Los Angeles Times- no entendía a qué fotos se refería, pero la cara de Keanu cambió por completo- ¿qué?, ¿tu super estrella no te lo dijo?- preguntó burlesco

-¿A qué fotos se refiere?- me dirigí a Keanu

-Yo puedo responder a eso bombonsito- se metió James- tenía en mi posesión unas cuantas fotografías de ustedes dos que yo mismo capturé, y digamos que... son algo comprometedoras

-¿Qué?- pregunté incrédula

-Prácticamente se puede ver cómo tu guapo vejestorio te da todo su amor por enfrente en la piscina- quedé helada ante lo que dijo, solo miré a Keanu con la esperanza de que estuviera mintiendo, pero solo obtuve una mirada preocupada, señal que era verdad- y ahora mismo la prensa ha de estar armando el encabezado perfecto- de nuevo rió como demente

No lo miré más, salí de la habitación a la terraza, justamente en ese momento sentía como todo se estaba desmoronando frente a mi; grité, grité tan fuerte que sentí como mi garganta se desgarraba, quería sacar todo el enojo y la impotencia que sentía por dentro, este sentimiento de que tu mundo estaba a punto de destruirse y no poder hacer nada al respecto era horrible. Me arrodillé y tomé mi rostro sobre mis manos y lloré hasta ya no poder más, en este momento quería estar sola y sacar todo lo esto que sentía, ni siquiera estuve cuando llegó la policía y se llevó a James arrestado, hasta que Keanu salió a la terraza.

-Ya se lo llevaron- soltó posando su mano en mi hombro- pronto seremos citados a corte para testificar- agregó- ya no podrá hacerte daño nunca más

-El día ha llegado- solté sin quitar la mirada perdida hacía la luna- seguramente mañana en la mañana todo el mundo estará enterado, y papá... Keanu, no quiero que se entere de esa forma, así no- no pude evitarlo y lloré una vez más, el castaño solo me abrazaba fuertemente dándome confort

-Tu padre ya ha de estar en casa para esta hora, deberíamos llamarle, lamentablemente hubiera preferido en persona, pero no tenemos tiempo Violet- lo miré detenidamente y tenía razón, lo tenía que oír de nosotros, así fuera en teléfono

Tomé mi celular y marqué temerosamente el número de papá, duró unos segundos, y no hubo respuesta;

-Que extraño- dije; de nuevo lo intenté y nada, solo me mandaba al buzón de voz, así intentamos otras 5 veces y nada; incluso intentamos llamarle a mamá y ella tampoco atendía, lo cual no me era extraño, pues ella nunca atendía las llamadas de nadie por alguna razón

-No te preocupes, seguiremos intentando mañana a primera hora- me dijo el castaño tratando de consolarme; yo dolo agaché la mirada desilusionada y preocupada; él tomó mi mano y la acarició suavemente- saldremos de esta, te lo prometo- me dió un corto beso en los labios y seguimos abrazándonos, pues solo teníamos a la luz de la luna como consuelo del desastre que se avecinaba

INSTINTO (Keanu Reeves) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora