Narra Violet
Después de un largo día, la suerte me sonrió un poco, la biblioteca en la que estaban solicitando empleada me han pedido que fuera mañana a una entrevista, no es el trabajo que esperaba al llegar a la tan famosa salvaje vida de Hollywood, pero por ahora se acomoda perfectamente al horario que quiero, ya después habrá tiempo de irme de borrachera a un bar si así quiero, aunque tenga cero amigos y conocidos aquí, tal vez pueda invitar al amigo de papá quien sabe- reí internamente
Al llegar a mi apartamento me quité los zapatos y la incómoda ropa que llevaba puesta, me quité la segunda herramienta de tortura medieval moderna llamada brasier y me tiré sobre mi cama. Ya que recobré un poco las ganas de levantarme, fui a buscar mi libreta roja, me sentía inspirada para escribir un poema, así como me desahogaba cuando cosas malas me pasaban, también lo hacía cuando me sentía feliz. Metí mi mano a la bolsa y empecé a esculcarla, pero no sentía mi libreta por ningún lado, empecé a desesperarme porque no la encontraba, incluso saqué todas mis cosas, busqué por debajo de la mesa, por si se había caído, pero nada, no estaba por ninguna parte. Me senté en el piso frustrada, tratando de recordar dónde rayos la había dejado, hasta que de golpe me acordé del parque, ahí fue el ultimo lugar en donde la saqué, quería salir de nuevo a buscarla en aquel parque pero ya estaba empezando a oscurecer, tampoco arriesgaría mi vida en las calles nomás por encontrarla.
Me sentía muy triste porque llevaba escribiendo todo, absolutamente todo en aquella libreta desde hace años, se ha vuelto muy preciada para mí, todos mis pensamientos, poemas y todo, ahora estaban en manos de un extraño que seguramente ha de estar burlándose de la pobre calidad de escritura y mofándose de sus desgracias desde la comodidad de un sillón. Siendo sincera dudo mucho en volverla a encontrar, a menos que de un golpe de suerte llegue alguien y me la de, ni siquiera lleva mi nombre, siempre firmo todo con mis iniciales. Es mejor que ya la de por perdida- me digo a mi misma tristeNarra Keanu
He pasado toda tarde con la tentación de leer lo que contiene esa libreta roja. ¿Será su diario? ¿O solo una agenda? Tal vez si nomás la abro un poquito a hecharle un vistazo... ¿está mal? Mientras más lo contemplo la duda me carcome.
Para alejarme de mis pensamientos entrometidos, tomo la libreta para ponerla en otro lugar donde no la pueda ver más, pero como si fuera obra del destino unas hojas sueltas caen al suelo.
Vaya vaya- pensé
Bueno, creo que esta es una señal, además, no pasa nada si leo una sola página ¿no?, al fin y al cabo fue un accidente...
"Domingo sombrío"
"Sombría noche,
extraña noción.
Sentimientos en derroche,
tenue triste canción.Acto de violencia pura.
pero, ¿no es eso una locura?
Será mejor no arriesgarlo,
y mucho menos debería ser recordado.Dulce sacrilegio,
como florecen los sentimientos,
a través de la sensatez de algún sabio,
he ahí el contratiempo mundano.Heme de nuevo aquí,
con la misma melodía.
Sombrío domingo,
de nuevo vuelve la melancolía".-V.S.
Después de ese tétrico poema, empecé a leer los otros tres que también cayeron. Estaba bastante impresionado por la forma de escribir de esta mujer "V.S.", sus iniciales quiero suponer, estaba totalmente cautivado por sus poemas, hacía mucho no leía algo tan bueno, ¿será una escritora? Porque quisiera preguntarle de que trata Domingo Sombrío, por alguna extraña razón me había conectado con ese, me daba un sentimiento de melancolía, hace mucho no me sucedía eso con un texto literario.
Ahora estaba más que intrigado por saber que otras cosas escritas habían ahí, pero simplemente decidí devolver los que se habían caído y cerrar aquella libreta roja.Espero conocerte mañana "V.S."
Narra Violet
Hoy es un nuevo día, a pesar de que aún me siento triste por la pérdida de mi fiel compañera de color rojo, estaba feliz porque era mi primera entrevista de trabajo, tengo que esforzarme por impresionar a la encargada, y probarle a papá que puedo hacer las cosas por mi misma.
Me ducho, desayuno, me cambio y cepillo mis dientes, recojo mi cabello en una coleta alta y ahora sí, lista para salir y triunfar. Esperemos que mi costumbre por tener mala suerte o meter la pata no se haga presente por favor.
Llamada entrante de mamá
-Vivi
-Hola mamá, ¿cómo se encuentran?
-Muy bien hija, ¿Cómo estás?
-Igual, tengo mi primer entrevista de trabajo dentro de una hora, así que voy de salida
-¿De verdad?- cuestionó
-Sí, de verdad, ¿porqué es tan increíble de creer?
-Bueno, no me malinterpretes... pero es que nunca has trabajado, en un empleo ya sabes... común. Creo que es mala idea hija
-¿De qué hablas? Ya he trabajado
-Pero nunca fuera del ámbito en donde tu padre te estuviera vigilando, ya sabes, en su ambiente
-Bueno, pues ya era hora que buscara por mi misma y no porque papá me contrate o le pida a sus colegas que lo hagan
-Si, si yo entiendo que quieras ser "independiente" -dijo sarcásticamente- y esas cosas, pero escúchame Violet, no tienes porque hacerlo, vuelve a casa y deja que tu padre se encargue del resto, no quiero que te agobies pequeña
-Ese es el problema mamá, no me quieren dejar crecer, no me dejan desarrollarme como persona, estoy más que decidida, yo también voy a lograr algo como papá, sin su ayuda y sin la ayuda de otro hombre. Y sabes qué, ya se me hace tarde, te llamo luego
-Esta bien, yo solo decía, no te alteres. Te amo Vivi, cuídate.
-Yo igual mamá
Fin de la llamada
Si hay algo que más me molesta en esta vida es que me subestimen, solamente por ser hija de un hombre que gane mucho dinero, si lo sé, muchos me dirán que soy una terca que le gusta tener problemas porque sí, pero no, mi punto no es ese, quiero tener toda la gloria de mis éxitos. No me confundan, amo a mis padres y estoy muy agradecida por lo que me han dado, pero se que nada es para siempre, es por eso que me gustaría tener algo mío que nadie me pueda quitar, ganarme mi nombre y esforzarme para ello.
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INSTINTO (Keanu Reeves)
FanfictionViolet Stahelski una chica joven, llena de vida, con aspiraciones, sin un rumbo definido, en busca de aventuras y nuevas experiencias. Él, un hombre en sus cincuenta, la edad en donde solo quiere sentarse en el sillón a disfrutar de un buen libro y...