Capítulo 12 | No puedo tocarla

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CAPÍTULO DE ALTO IMPACTO

***

-12-  

-No puedo tocarla-


Hope reaccionó encontrándose sobre un suelo frío y húmedo. Se sentía mareada y confundida, y en cuanto abrió los ojos, sólo vió oscuridad a su alrededor. Intentó levantarse pero una fuerte punzada en la frente la hizo recostarse de nuevo. Llevó una de sus manos al lugar que le dolía y descubrió un hematoma, sin duda la habían golpeado con bastante fuerza. 

¿Dónde estaba? ¿Qué hacía allí? ¿Qué lugar era ese? Lo último que recordaba era que estaba recostada hablando con Draco a través del espejo, luego el sonido del timbre, Kreacher abriendo la puerta, y...

—¡Los mortífagos! —se sentó de golpe sobre el frío suelo y se mareó aún más. 

—No se altere, señorita Davis. No tiene a dónde ir —una quejumbrosa y cansada voz llegó a sus oídos, y gracias a que sus ojos se habían acostumbrado a la oscuridad del lugar, Hope vió la delgada y deplorable silueta de un anciano, encogido en un rincón a unos metros de ella. 

—¿Señor Ollivander...? ¿Qué...? ¿Se encuentra bien? 

—He tenido días mejores —le respondió el anciano con voz débil. 

—¿Qué hago aquí? ¿Dónde estamos?

—Te trajeron hace unas horas. Venías inconsciente y te amarraron ahí —Hope notó que uno de sus tobillos estaba amarrado a una cadena de metal, y ésta a la pared—. Dijeron que hablarían contigo en cuanto despertaras. Y estamos en...

Justo en ese momento, la reja de lo que parecía ser la entrada de aquel lúgubre lugar, chirrió y se abrió. Una lámpara de gas se prendió de inmediato, proporcionando una pobre iluminación, pero suficiente para que Hope reconociera al rechoncho hombrecillo que caminaba apresuradamente hacia ella con una varita en la mano: Colagusano. 

—Si gritas o intentas escapar, te mataré —la amenazó Colagusano soltándola del amarre de la cadena. 

Hope estaba tan confundida y asustada que se dejó guiar por el hombre a través del aquel sótano, subieron unas escaleras y finalmente llegaron a un amplio y lujoso salón. Había cierto toque de familiaridad en esa estancia, en los sillones de cuero negro y la araña de luces que colgaba del techo, pero lo que hizo que Hope reconociera el lugar, fué la chimenea de mármol blanco a un costado. Era la misma chimenea que ella había visto con anterioridad en sus visiones: aquella era la habitación donde Lord Voldemort celebraba reuniones con sus mortífagos. 

Era la mansión Malfoy. La casa de Draco. 

Hope sintió que se le erizaba la piel cuando reparó en las personas que había en ese lugar: Lucius Malfoy se encontraba sentado en uno de los sillones de cuero, con una copa de whisky en la mano. Hope lo reconoció por las fotos del periódico y por el increíble parecido que compartía con su hijo Draco; aunque Lucius se veía en un estado deplorable, como si estuviese sufriendo una terrible enfermedad: tenía el cabello despeinado, la piel grisácea, grandes ojeras bajo sus párpados hinchados y su ropa, pese a tener un toque elegante, estaba desprolija y opaca. 

Junto a él se encontraba su esposa, Narcisa Malfoy. La mujer, elegante y altiva, no parecía sentir emoción alguna pues su cara no expresaba nada más que indiferencia hacia la situación. Sin embargo, Hope reparó en que la madre de Draco sujetaba su pequeño bolsito de mano donde se encontraban todas sus pertenencias, incluído el espejo doble. ¿Acaso iban a liberarla? Narcisa, sabiendo que Hope era la novia de Draco, ¿la ayudaría? 

Más allá de los espejos [COMPLETA] ✔️ (Draco Malfoy, fanfic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora