Más allá de los espejos [COMPLETA] ✔️ (Draco Malfoy, fanfic)

Capítulo 04 | El beso

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-El beso-

Para Hope, los días transcurrían lentos y monótonos. Lupin y Tonks llegaban a la casa sólo a la hora de cenar, diciendo que las misiones de la Orden les quitaba mucho tiempo, pero Hope comenzó a sospechar que Lupin usaba esa excusa para evitar estar con ella, por no mencionar que apenas le dirigía la palabra lo justo y necesario para que nadie sospechara que estaban peleados.

   La señora Tonks resultó ser muy amable y bondadosa, aunque era una maniática del aseo, pero hizo sentir a Hope como si estuviera en casa y le enseñó a hacer varios dulces y pasteles. El señor Tonks tenía un buen sentido del humor y se la pasaba en el jardín cuidando las flores cuando no estaba en su trabajo.

   Por otro lado, Hope y Draco seguían hablando a través del espejo. Hope tenía una habitación para ella sola, así que por las noches la silenciaba y hablaba por horas con su amado rubio.

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—¿Hope? —preguntó Andrómeda entrando a su habitación una tarde. La chica se encontraba sentada en el marco de la ventana, leyendo un libro—. Tienes visita —agregó con una sonrisa.

   Hope bajó corriendo las escaleras. Por un momento, una loca idea pasó por su cabeza y esperó ver a Draco, pero su sonrisa se borró un poco al encontrarse un apuesto pelirrojo esperándola sentado en uno de los sillones con una gran sonrisa.

George.

—¡George! —exclamó la castaña saludándolo con un abrazo y con una alegría renovada—. Qué sorpresa.

—Lupin estuvo en la Madriguera hace unas noches y dijo que estabas pasando el verano aquí. Tonks agregó que ya estabas aburrida de cocinar dulces con su madre, así que decidí venir a buscarte.

—¿A buscarme?

—¡Claro! Nunca has ido a visitar mi tienda en el callejón Diagon, creo que ya es hora —George le dedicó una tierna sonrisa, y a Hope no le quedó más que aceptar, aunque estaba encantada de poder salir de la casa luego de una semana encerrada.
—Entonces iré por mi chaqueta.

Media hora más tarde, George y Hope se encontraban en el interior de Sortilegios Weasley. George y Fred atendían a los clientes que abarrotaban la tienda, que estaba muy llena pese a que era peligroso salir a la calle. Hope miraba distraídamente el callejón por una de las ventanas. La calle estaba vacía y desolada, contrastando notoriamente con la alegría del interior de la tienda de Fred y George, llena de colores y estanterías rebosantes de artículos de bromas. 

—Lamento haberte dejado sola, créeme que no te traje sólo para que miraras por las ventanas —se disculpó George llegando junto a Hope minutos después—. Hay demasiada gente hoy, pero me haré un tiempo para que vayamos por un helado. 

—No te preocupes, no estoy aburrida —respondió Hope—. Si quieres, puedo ayudarles, no hay problema. 

—Bueno, ven. Puedes ayudarme a acomodar unas cajas. 

George tomó la mano de Hope y la condujo tras unas cortinas que habían junto a la caja registradora, dando paso a una habitación secundaria, más pequeña y más oscura que la tienda principal, llena de muchísimos paquetes de todos los tamaños y formas. 

—Ésta es la bodega, donde guardamos la mercadería —explicó el pelirrojo, y a continuación apuntó un montón de paquetes pequeños, como cajas de lápices—. Esas son plumas con autocorrector incluído. En las etiquetas indica el color de la tinta: azul, morado y negro, ¿podrías separarlos?