Capítulo 06| Producto de mi imaginación.

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Ellery🌷

Hay personas que son pacientes, tolerantes, dotados de una infinita empatía y ganas de ayudar a los otros... pero yo no soy de esas personas. La paciencia no es mi fuerte y aunque puedo ser empática, tengo un límite. Me cansa escuchar a las personas quejarse de sus problemas sin hacer algo para solucionarlos. Joder, lo odio.

Y últimamente estoy odiando mucho a Ben también. Han sido semanas, día tras día escuchándolo cambiar de idea sobre la fiesta una y otra vez, sus ideas han ido desde Marvel hasta una fiesta de Blanco y Negro.

Esa chica lo tiene mal.

Sé que es mi amigo, y hasta llega a preocuparme lo rápido que cambia de idea, porque cuando propone una temática que le gusta se va emocionado y con sus ojos brillantes para al otro día volver desanimado. De cierta manera me frustra su actitud.

—Ben, cielo —lo llamo con una suave sonrisa, el tic en mi ojo haciéndose presente—, elige una maldita temática de una vez o mejor no hagas nada. A menos que esa chica sea la mismísima Kylie Jenner no merece que estés en un nivel tan elevado de estrés —manifiesto, dándole una seria mirada ante su aspecto ojeroso—. Es tu fiesta, no la de ella. Haz lo que te haga feliz de una maldita vez o te juro que te voy a clavar este tenedor en tu maldita mano.

Estamos en una pequeña cafetería cerca de la casa del susodicho.

Las clases fueron una total tortura hoy, los protagonistas del libro no quedaron juntos por lo que me trasnoché para nada, no he comido muy bien y el chico solo me está estresando más.

—Tranquila, peque. —Noah me da una sonrisa suave, pasando su mano de arriba abajo por mi espalda para calmar mi acelerada respiración mientras que con su otra mano libera con cuidado el tenedor de mi agarre.

Carraspeo, sentándome adecuadamente en mi lugar.

—Ojo, solo es un consejo —añado más calmada, sacándole una sonrisa a Ben.

—Está bien, tienes razón —me sonríe—. Esto de las temáticas no es para mí —Niega con su cabeza—. A la mierda, que sea lo que Dios quiera, yo me voy a dormir. —Dejando unos billetes sobre la mesa, se retira del lugar.

Noah y yo nos miramos para luego soltar una risita.

—¿Me llevas a mi casa? Yo también quiero morirme por un rato —pido y el castaño asiente, poniéndose de pie.

Noah no comenta nada sobre mi "extraña forma de bromear" como él solía llamarla. Ya se acostumbró.

—¿Cómo estuvo tu libro? —Pregunta mientras nos dirigimos a su auto.

La frustración se abre paso en mí y hago una mueca.

—Mejor ni hablemos de eso.

—Cómo digas. —Se encoge de hombros con una sonrisita, abriendo la puerta del copiloto para mí.

—Gracias, caballero —divertida, dejo un beso en su mejilla y me introduzco en el vehículo.

—De nada, bella dama —sonríe para luego rodear el auto y colocarse tras el volante.

»Gracias por hacer entrar en razón a Ben —dice, poniendo el auto en marcha. Me da una mirada de soslayo para luego añadir—: Yo tenía pensado hablar con él, claro que no con esas palabras —se burla, sacándome una risa avergonzada porque admito que perdí los papeles por unos segundos. Menos mal nadie nos prestó atención—. Se estaba desgastando por una estupidez, además, por lo que pude averiguar, a la chica misteriosa no le gustaban sus ideas y por eso cambiaba de opinión constantemente.

Los mejores amigos no se besan (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora