Especial San Valentin

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Hace un año...

Noah🫀

Este día del año sin duda no figuraba en mis días favoritos del año, sin embargo, a mi persona favorita le encantaba. Sinceramente no la entendía, es decir, es la misma chica que se tapa los ojos durante los momentos románticos de una película porque según le daba “cringe” y al mismo tiempo suspiraba y ponía ojos soñadores cuando los personajes de su libro se decían “te amo”.

Siempre ha habido cierta barrera entre hombres y mujeres respecto a cuanto entendernos mutuamente se trata, y todavía no descubría si mi mejor amiga era rara o era cosas de mujeres.

Contrario a mí, ella amaba este día, pero no por las parejas románticas a nuestro alrededor, claro que no; sino porque tenía una excusa para leer los libros ambientados en esta fecha. Ella en serio tenía una lista en la app de notas en su celular sobre libros de San Valentin que solo leía este día.

Derek estaba a mi lado mientras caminábamos por los pasillos del supermercado. Este año él tenía con quien celebrar.

No sabía qué me molestaba más. Ver a la pareja frente a nosotros mirándose como unos idiotas enamorados mientras discutían sobre cuál era el mejor vino para la cena, o que la chica con la que me gustaría tener esa misma discusión no me daba ni la hora en ese sentido.

Ella estaba muy ocupada suspirando por personajes ficticios como para darse cuenta que justo frente a ella había un chico dispuesto a todo por tan solo besarla.

—¿Puedes quitar esa cara, por favor? —Derek golpeó suavemente su hombro con el mío.

—¿Qué cara? —Farfullé, echando la carne molida que Diana pidió para la cena en el carrito de compras.

—Esa de asesino en serie —se burló, tomando un par de paquetes de pasta.

—Déjame en paz —sisee, dejándolo atrás.

San Valentin sería mañana, pero tan solo sentirlo en el aire me provocaba una marea de sentimientos, así que me centraba en el que parecía más fácil de identificar… más o menos. ¿Era odio por que no estaría con quien quería? ¿Celos? ¿O envidia? ¿O solo era el dolor hablando por mí? Maldita sea.

Nunca podría decir en qué momento mis sentimientos por aquella chica cambiaron, pero les voy a confesar una cosa: es una completa mierda estar enamorado de una persona que te ve más como un hermano que como hombre. Esta mierda de la friendzone no era lo mejor del mundo, pero al menos puedo decir que tengo un lugar en su vida.

La vibración de mi celular contra mi bolsillo trasero me sacó de mis pensamientos, y fue inevitable, todo el molestar que sentía se evaporó en cuanto vi su nombre en la pantalla.

Jesús. Estaba tan enamorado. Tanto que dolía. Tanto que ni siquiera podía manejarlo.

—¿Sí, peque? —Contesté, llevando el celular a mi oído.

—Cielo.

Ah, mierda. Mis ojos se cerraron casi de manera inconsciente, disfrutando de su voz por el reciente apodo que me había dado. No sabía si lo hacía a consciencia, pero era como una caricia a mi corazón cada vez que lo decía.

—Mande —pedí. Mientras caminaba, me di cuenta que había salido ya del área del supermercado y estaba en la plaza que me conectaba con las demás tiendas.

El lugar favorito de la chica al otro lado del teléfono captó mi atención.

—Diana me dijo que andas por el centro comercial —dijo ella. La conocía tan bien, que ya sabía que quería pedirme algo.

Los mejores amigos no se besan (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora