Capítulo 13| Bienvenida a la sisterzone.

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Noah🫀

Amo a Elle, la amo con cada poro de mi ser, pero tengo que admitir que hay veces en las que quisiera pegarle con un cojín. La adoro, pero a veces es exasperante.

Admito que mi manera de preguntarle sobre aquel chico no fue la mejor de todas, y más sabiendo el carácter que se carga la pelinegra, pero hey; tampoco era para que reaccionara de esa manera. Aunque debo aceptar que se ve… caliente tratando de desafiarme.

Pienso en su voz, en su expresión, la forma en la que frunció sus apetitosos labios y una sonrisa de manera involuntaria surca mi boca al evocar su recuerdo.

Ella quiere matarme.

—¡Muévete, Crawford! —El grito del entrenador Rivers me devuelve a la realidad. El hombre robusto me observa con reproche y no tengo de otra que hacerle caso.

Después de una exhaustivas horas en donde mi piernas sufrieron la mayor parte, me encuentro en los vestidores, el sudor chorreando por cada uno de mis poros en lo que espero a que al menos la mayoría del equipo salga. No me gusta bañarme con gente a mi alrededor.

En lo que espero a que ellos terminen, reviso mi celular, viendo que tengo un mensaje de Elle.

No puedo evitar sorprenderme ante eso.

Ellery Fanning no es una chica que se disculpa fácilmente. Suele ser bastante orgullosa y le cuesta aceptar que no tiene la razón, por lo que me pregunto si le habrá pasado algo para que ella dé el primer paso.

Pienso en hacerme el difícil, ¿pero a quién quiero engañar? Con ella soy un fácil sin remedio, así que le respondo de manera afirmativa, dejándole saber que en cuestión de minutos estaré con ella, claro que, primero tengo que dejar de apestar a sudor.

──── ❛ ❲ 💋 ❳ ❜ ────


Tarareo la canción que suena por la radio del auto, mis dedos moviéndose al son de la melodía sobre el volante mientras espero a que el semáforo me dé la autorización para pasar. Ni siquiera me esfuerzo en no desesperarme porque resulta inútil, me siento ansioso por ir a ver a la bonita pelinegra que me trae con la cabeza dando vueltas.

Hoy no la pude llevar a casa pues tenía entrenamiento y la última vez que la vi no terminó precisamente bien. Y sí, tal vez suene exagerado el decir que estar seis horas sin verla es suficiente para echarla de menos, ¿pero qué puedo hacer? Es la mera verdad.

Suspiro aliviado cuando la fila de autos delante de mí empieza a avanzar. Minutos después me estaciono frente a la casa de Elle, por lo que procedo a apagar la radio y posteriormente salir del auto, asegurando las puertas.

Los rayos del sol son débiles chocando contra mi piel, los vestigios del atardecer se dejan ver y el aire se va sintiendo fresco mientras camino tratando de obtener calma hasta la puerta y toco el timbre.

—¡Un minuto! —Escucho gritar a la señora Fanning.

Segundos después la puerta se abre, dejándome ver a Sara ataviada en un bonito vestido negro con estampado de flores.

—Hola —le sonrío.

—Hola, mi niño, pasa. —De manera amable se hace a un lado, dejándome entrar—. ¿Cómo estás? ¿Quieres galletas? Hornee un poco.

—Sabes que sí —acepto, el delicioso olor de las galletas dándome la bienvenida al cruzar la puerta.

Sus galletas son las mejores.

—Genial, ve subiendo entonces, te las llevo en un momento. Por cierto —me llama—, ¿sabes qué le pasa a Elle? Ha estado algo rara desde que llegó del instituto.

Los mejores amigos no se besan (Nueva Versión)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora