¡Feliz navidad, mis amores!
Les amo un montón♡♡♡Espero que lo disfuten xoxo
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Hace cuatro años...
Observé con satisfacción mi reflejo en el espejo. Aunque los vestidos no eran de mis prendas favoritas, no podía negar que me veía preciosa con el que mamá había escogido para mí; era de color rojo y sin mangas. La parte de arriba no era ajustada, me quedaba un poquitín holgada y así estaba perfecto para mí ya que no tendría que escatimar al momento de la cena. El vestido me llegaba hasta las rodillas en un bonito corte princesa y encaje con brillos dorados lo cubría.
Ajusté el listón del mismo color del vestido en mi cabeza y mis pequeños tacones de dos centímetros repiquetearon contra las baldosas del piso cuando me dirigí fuera de la habitación.
Aquella navidad era especial, la primera —que esperaba fuera de muchas más— navidad que pasaríamos juntos, así que todo tendría que salir perfecto. El señor Crawford siempre se lo llevaba para pasar estas fechas en España con su familia, pero Noah lo había convencido de quedarse hasta la noche buena. Ya mañana partirían para pasar año nuevo con sus demás familiares, por lo que está noche tenía que ser memorable.
Mientras bajaba las escaleras, la emoción me empezó a consumir, y bueno, si a eso le sumamos los pequeños pinchazos de nervios de pensar en que mi mejor amigo estaría toda la noche junto a mí, no negaba que entraba un poquito en pánico; la idea de encerrarme en mi habitación me parecía magnífica, pero luego pensaba en las empanadas, en la lasaña… mejor me quedaría.
Si alguien me preguntara, no sabría responder con exactitud lo que me pasaba, pero desde hacía ya varias semanas, mi cuerpo se comportaba distinto en presencia del chico con los del cielo. Se lo había comentado a mamá pensando que tal vez necesitaría ayuda médica, pero ella solo se había reído de mí, y me dijo que no me preocupara. Nada más.
¿Qué se supone que significaba eso?
La sala de estar —como cada espacio de nuestra casa—se encontraba decorada con guirnaldas y lucecitas típicas de estas fechas, el árbol en un rincón me hizo sonreír al recordar todo lo que pasamos para armarlo. Tomen nota: si tienen un hermanito revoltoso de dos años, mantenerlo alejado del árbol será lo mejor que harán. De solo recordar las veces que tuvimos que volver a redecorar el árbol porque al pequeño Cody le daba por tirar de sus ramas, me daba jaqueca. Se suponía que decorar el árbol era terapéutico, no estresante.
Guiándome por el delicioso olor de la comida mis pasos se encaminaron hacia la cocina, donde encontré a mamá moviéndose de un lado a otro.
—¿Necesitas ayuda? —Pregunté, metiendo de forma disimulada un dedo en la mezcla para galletas y lo llevé a mis labios rápidamente antes de que ella se diera cuenta.
Deliciosa.
—Estás preciosa, bebé. —Me dio una sonrisa que acompañé, dando una vuelta completa y ocasionando que el vestido flotara un poco.
—Gracias. —La miré con las mejillas sonrojadas.
—Toma, ve poniendo la mesa —ordenó, pasándome servilletas junto a platos y cubiertos.
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Los mejores amigos no se besan (Nueva Versión)
Novela JuvenilElle y Noah. Noah y Elle. Ambos son lo opuesto del otro. Mientras Noah prefiere la adrenalina que le provoca el basquetbol, Ellery prefiere la calma que le ofrece un buen libro y su habitación. Son como el sol y la luna, pero aun así logran compleme...