Capítulo 2

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—Y a todas estas,  ¿qué hace ese engreído en la casa de mi tía? —pensé de forma automática.

Cuando de pronto veo que se acerca a la puerta también —frunzo mi ceño.

—¿Y tú qué? ¿Ahora me persigues? —digo odiosamente.

—¿Yo? ¿Perseguirte a ti? Quisieras tú —dijo él con una sonrisa arrogante, yo estoy aquí porque mi madrina me invito a una cena con mi familia —dijo él encogiendo los hombros y tropezándome para entrar.

Yo también lo empuje y entramos los dos a empujones al mismo tiempo.

Todos se quedaron viéndonos sorprendidos.

—Hijo —dijo Olivia sorprendida.

—¿Qué le paso a tu camisa?

—Está loca me hecho el vaso de agua encima —dijo señalándome y con su mirada desafiante con sus ojos color café.

— ¡Tú empezaste!—grite.

—Ahora no vengas a hacerte la víctima —añadí.

—¡CHARLOTTE! —escucho gritar a mi tía.

—Tía él me lleno de lodo esta mañana.

—No digas mentiras, ya mi hermano me dijo como eres de mentirosa.

—¡Te estoy diciendo la verdad! —le digo molesta.

Una sonrisa triunfante se dibujó en la cara del cretino. Me quede viéndolo por unos segundos desafiándolo con la mirada, luego me fui a mi habitación furiosa.

—Esto no se va a quedar así —grite desde la escalera.

Al siguiente día, mi tía me levanto nuevamente temprano y me envió a la caballeriza, con la excusa de que bañara su caballo, solo sería ese, pero ella sabía que una vez me caí de un caballo y quede traumada, no quería ni acercarme de nuevo a un caballo.

Estoy comenzando a detestar todo esto, llame a mi papá para pedirle que por favor viniera por mí, que ya esto del castigo me estaba matando, y lo que me dijo fue un rotundo no.

...

—¿Por dónde comienzo? —pregunté al señor que estaba en la caballeriza.

—Primero quítale todo el lodo con este cepillo —me señalo el cepillo.

—Después moja el caballo, empezando por las patas y luego la parte de arriba. Le colocas shampoo por todo el cuerpo del caballo, lavas la cola cuidadosamente porque el caballo puede patear, luego le hechas agua y le quitas todo el shampoo, lo secas con una toalla y listo.

—Sí, que fácil suena decirlo —digo con ironía.

Al ver que el señor se va alejando me acerco a él amistosamente.

—¿Podrías ayudarme? —digo con una sonrisa.

El señor medio sonríe y me dice: —tu tía me prohibió que te ayudara.

—Pero no se dará cuenta —lo interrumpo.

—Yo conozco a tu tía y se cómo es —dijo levantando la comisura de sus labios.

Solté un suspiro pesado, no me quedo de otra que hacerlo yo misma, pero...

—¿Y si me patea el caballo? —digo pasando mi mano por mi cabeza preocupada. 

Me decido por empezar a quitarle el lodo, lo hago de una manera muy chistosa, me acerco al caballo y me alejo rápido, luego agarro la manguera y comienzo a mojarlo, mi cara es de terror, luego intento acercarme al caballo para echarle el shampoo, me coloco primero unos guantes, pero cuando intentaba acercarme, retrocedo y así estuve por unos minutos. Cuando de repente alguien me asusta por detrás.

Vacaciones de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora