Capítulo 7

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...

—Sí, si claro cómo no... Ahora vienes con la excusa de que realmente estas cuidándome y pendiente de mi porque mi tía te lo pidió y bla bla bla... cuando esta tarde te dije que me llevaras al pueblo y me dijiste que no... que me fuera caminando —dijo molesta.

—Igual me estabas dejando sola... ¿no te parece? Y solo porque tenías una cita a la cual no podías faltar —dijo resoplando.

Pero en la forma que me lo dijo creo que estaba celosa —pensé y solo seguía escuchándola hablar.

—Ahora según tu estas aquí porque tienes que estar pendiente de mí... o sea no me hagas reír por dios —me dijo con sarcasmo y riendo con ironía.

—Además no pienso escaparme de nuevo, puedes irte de nuevo a tu cita la cual es muuuy importante para ti —dice mirando la película y encogiendo los hombros.

—¿Sabes qué? tienes razón, mejor no pierdo más mi tiempo con una malcriada insoportable como tú —digo levantándome del sofá. Ella me fulmino con la mirada y me dijo: —¡IMBÉCIL! y me lanzo un cojín.

Salí de la casa enojado, creo que me pase diciéndole eso, pero me saco de mis casillas. Además no iba a ningún lado, esperaría un rato en mi casa y volvería más tarde para disimular.

Narra Charlotte.

Me quede viendo la película hasta que termino, luego me fui a la habitación pensando en ese engreído, no entendía que me estaba pasando, ¿acaso estaba celosa? ¿Porque me molestaba saber que estaría con otra? No sé en qué momento logre dormirme después de pensar tantas tonterías.

Al siguiente día me despierto temprano, me asomo por la ventana y no veo la camioneta de Matthew.

—Supongo que se quedó con ella —pienso frustrada.

Tome una ducha y baje a desayunar.

—Buenos días señorita Charlotte, se levantó temprano hoy —me dijo Maria sirviéndome el desayuno.

—Sí, quiero salir a caminar un rato por la hacienda, quiero conocer la laguna de la que me ha hablado mi papá... supuestamente hay una pequeña cascada —dije entusiasmada.

—Esa laguna esta algo retirada, tendrías que ir en caballo o le puedes decir a Matthew que te lleve, él te puede llevar sin ningún problema.

—No... yo puedo ir sola —dije con tono de voz serena.

—Pero señorita Charlotte usted no sabe dónde está esa laguna.

—Le puedo decir al señor que está en la caballeriza que me lleve —digo encogiendo los hombros.

—Señorita Charlotte no se ponga a estar inventando, usted sabe cómo es su tía —dice Maria preocupada.

—Tranquila Maria, no haré ninguna travesura —dije con una sonrisa.

Cuando salgo veo otra vez a lo lejos a Matthew y a la Victoria esa con su mano en su rostro, aunque él no se ve muy contento que se diga, pero aun así la tiene casi encima. Camino hasta la caballeriza pero no veo a nadie que me pueda llevar a conocer la laguna.

—¿Y ahora qué hago? Realmente quiero conocer esa laguna donde mis padres fueron muy felices de novios —dije en voz baja.

—¿Y si me arriesgo y me voy en el caballo? Algún día tengo que intentarlo de nuevo y superar mis miedos... pero hoy no será —pienso caminando de nuevo a la casa decepcionada.

De pronto veo a un chico acercándose a la casa de mi tía, a medida que voy caminando nos acercábamos más.

—Hola... ¿sabes si se encuentra la señora Fanny?—me pregunta amablemente.

—Es que me urge hablar con ella —añade algo preocupado.

—No, no está —digo algo desconcertada.

—¿Y tú quién eres? —le pregunte levantando una ceja.

—Mucho gusto, soy Ethan —dice estrechando su mano cordialmente.

—Yo soy Charlotte, mucho gusto —digo atentamente.

—Mi tía no está, pero si quieres puedes pasar... puedo intentar llamar a mi tía a su teléfono, así hablas con ella —digo amablemente.

—Bueno está bien —dijo él sonriendo.

Pasamos a la casa y María le ofreció un vaso de jugo de naranja mientras esperaba sentado en la sala.

—Señorita Charlotte ¿y eso que regreso de una vez? Pensé que iba a ir a la laguna —me pregunto María delante de Ethan.

—Sí, lo que pasa es que no estaba el señor en la caballeriza —digo encogiendo los hombros y algo triste.

—Pero bueno será otro día que vaya —digo con una pequeña sonrisa.

Luego vuelvo a salir de la casa para agarrar señal e intentar comunicarme con mi tía... pero fue imposible. Entro a la casa de nuevo y veo a Ethan y a la señora Maria conversando como si se conocieran desde hace mucho.

—Mira Charlotte... Ethan es amigo de Matthew... ya decía yo que su cara me era familiar —dice ella con una tierna sonrisa.

—Bueno no es que seamos muy amigos que se diga —añadió él algo incomodo. 

—Matthew y yo nos conocemos desde la infancia, su papá y mi padre son amigos, y pues solía venir en algunas ocasiones para acá —dice él con mucha naturalidad.

—Después casualmente estudiamos en la misma universidad, pero ya no éramos tan unidos como antes —dice levantando la comisura de sus labios.

—Pero esos dos juntos hacían muchas travesuras —dijo Maria con una sonrisa.

—Aun recuerdo esas veces que se iban los dos a recolectar uvas, un día una serpiente casi le mordía la mano a Ethan, menos mal que Matthew la vio y quito rápido la mano de Ethan de las uvas.

—Sí, tuve suerte —dijo Ethan rascando su cabeza.

—Bueno cambiando de tema, escuche que quieres ir a la laguna —dijo él con una pequeña sonrisa.

—Sí, pero... pero solo hay un pequeño detalle —dije algo nerviosa.

—¿Cuál? —dice él.

—Es que me da miedo montar a caballo —digo tapando mi cara con mi mano.

—Es que hace tiempo me caí y pues quede traumada —digo tratando de sonreír.

El chico se sonríe y me dice: —si quieres yo puedo llevarte, creo que aun recuerdo el camino para ir a la laguna.

—Es decir vamos en un solo caballo así vas superando el miedo —dice Ethan en tono amigable.

—Entonces... ¿Me llevaras? —digo contenta y con una sonrisa de oreja a oreja.

—Si, por supuesto... me encantaría llevarte —dijo él devolviéndome la sonrisa.

—Bueno Maria entonces nos vemos mas tarde —digo contenta.

—Ok, señorita Charlotte, pero mucho cuidado... ya sabe —me dice señalándome con el dedo y me guiña el ojo.

—No te preocupes Maria conmigo no le pasara nada malo —dijo Ethan con una sonrisa. Me sonroje al escucharlo decir eso.

Salimos de la casa y caminamos hasta el establo. Ethan ensillo el caballo, luego me estiro su mano y me dijo: —ven súbete —mi cara era de terror. Él sonríe dulcemente y me dice: —ven... no tengas miedo, no dejare que te pase nada —me dice agarrando mi mano. Yo me acerco mas al caballo y él me ayuda a montarme, estaba realmente nerviosa, luego él se monto con mucha facilidad, quizás estaba acostumbrado. –pensé.

Ese chico estaba muy guapo también, pero no tan hermoso como Matthew... 

—Lo bueno de Ethan es que es  amigable, no como ese odioso de Matthew —dije para mi misma.

No avanzamos ni diez pasos cuando veo desde lejos a Matthew en su camioneta haciéndole  seña a Ethan.

—Hay no... lo que faltaba, ¿ahora qué quiere ese odioso? —pensé frustrada pasando mi mano por mi cabeza.

Vacaciones de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora