Lo vi bajarse de la camioneta muy impresionado al verme.
—¡Charlotte!... —dijo sorprendido pasando su mano por su cabello.
—¿Qué estás haciendo aquí? ¿Cómo supiste exactamente dónde estaba? —dijo Matthew sorprendido pero emocionado también, lo notaba en su rostro. Sus ojos color café lo delataban, tenían ese brillo especial, no se despegaban de mis ojos. Él se estaba acercando a mí a paso lento.
—Estás loca... realmente loca... —dice negando con su cabeza pasando de nuevo su mano por su cabello y caminando de un lado a otro.
—Estoy loca por ti...vine, porque... yo tampoco puedo vivir sin ti Matthew —termino de decir esa frase agarrando su mano. Él no me decía nada y su silencio me mataba.
—Dime algo por favor —dije bajando la mirada y con mi corazón acelerado.
—No te comprendo, ¿tardaste tres meses para darte cuenta que yo también te importo? —dice confundido soltando mi mano.
—La carta que me escribiste, Fabiola no me la había dado, apenas me la dio y vine hasta acá —dije alterada.
—Cómo es posible que Fabiola no te haya dado la carta... —dijo molesto negando con su cabeza.
—Ya no importa nada de eso, lo que realmente importa es si todavía me sigues queriendo —dije con mi voz entrecortada mirándolo a los ojos.
—Lo siento, pero yo... yo no siento lo mismo ya —dijo esquivando mi mirada.
—¡¿Qué?! Porque me tiene que estar pasando esto a mí, después de todo lo que hice —dije para mí misma llevando mis dos manos a mi cabeza. Mis ojos comenzaron a cristalizarse y sentí mi corazón desplomarse en mil pedazos, cuando siento que me agarra de la barbilla y me dice: — Claro que sigo sintiendo lo mismo por ti tonta, es más lo que sentía por ti ha crecido aún más —lo escucho decir mientras el alma me volvía al cuerpo.
—Eres un idiota... ¿Porque eres así? ¿Por qué me dijiste eso entonces? —dije empujándolo aun enojada y limpiando mis lágrimas.
—¡Hey relájate! Solo estaba bromeando un poco —dijo entre risas y riendo de esa forma que me encantaba.
—Esos no son juegos —digo fulminándolo con la mirada, en ese mismo instante me agarra por la cintura levantándome y dándome vueltas, luego me detuvo y acerco mis labios a los suyos para unirnos en un beso desesperado.
—Te extrañe tanto Charlotte —me decía mientras nuestros labios seguían juntos.
—Yo más a ti —dije entre sus labios con mis ojos húmedos.
—Definitivamente estas loca — me decía riendo de lado y negando con la cabeza, no puedo creer que estés aquí.
Después de un rato, estaba en casa de Matthew, me duche y luego me recosté un rato en su cama. Cuando desperté me encuentro con Matthew mirándome.
—Te prepare algo para que comas —dijo dándome un dulce beso en mis labios.
Luego se levantó de la cama algo preocupado y me dijo: —¿tu papá sabe de esto? —lo escucho decir en tono serio.
—Por supuesto que no —dije nerviosa.
—Tienes que decirle, deben estar preocupados por ti, no estas a la vuelta de la esquina —dijo él regañándome y mirándome a los ojos fijamente.
—Si... si, lo sé —dije levantándome de la cama y pasando una mano por mi cabello.
—¿Acaso no estas feliz por verme? —dije haciendo pucheros y cambiando el tema.
—Claro que si lo estoy, por supuesto que lo estoy, pero sabes que esto no esta bien... cuando tu papá se entere de que estas aquí y que estás conmigo se va a molestar —dice preocupado caminando de un lado a otro.
—Ese día de la boda me hizo la cruz cuando me vio cerca de ti. ¿O caso ya lo olvidaste?
—Sí, lo sé, mi papá es algo celoso y sobreprotector —dije volteando mis ojos y cruzando mis brazos sobre mi pecho.
—Vamos a llamar a tu tía, y le dirás que estas acá —dijo seriamente.
—Se van a molestar conmigo —dije nerviosa de solo pensarlo.
Bueno entonces primero ve a comer y luego la llamamos —dijo volteando.
Yo me acerque a él seductoramente y lo detengo, cuando el gira lo rodeo con mis brazos colocándolos en su cuello, lo acerque a mi cuerpo, sentía la respiración agitada de Matthew, nos miramos por unos segundos y luego me beso lentamente hasta que el beso se fue tornando más apasionado.
Matthew me acostó en la cama, quedando abajo y él encima de mí, nos besamos con locura, sentía la mano de Matthew recorrer mi cuerpo mientras me besaba el cuello, ambos teníamos la respiración agitada. Matthew se quitó la chaqueta y la lanzo al piso, dejando al descubierto su abdomen perfecto, continuo besándome hasta que subió sus manos a mis pechos.
—¿Estas segura que quieres que siga? —lo escucho decir con su voz entrecortada susurrándome al oído.
—No te detengas —digo con mi voz agitada.
—Si no me detengo ahora, no lo voy a hacer —termino de decir eso y me beso desenfrenadamente.
Me quite mi camisa con ayuda de Matthew hasta que ambos quedamos completamente desnudos.
Cuando Matthew se colocó el preservativo, le susurre a su oído que nunca había estado con nadie. Sentí temblar entre sus piernas, un escalofrió recorrió mi cuerpo, estábamos piel con piel, hasta que nos unimos en un solo cuerpo. Matthew me miro con dulzura, ese momento se quedaría grabado en mi memoria por siempre, mi primera vez fue como la había soñado. Me cubrí con la sabana, mientras lo miraba tímidamente.
—Eres hermosa —me susurro en mi oído dándome un tierno beso en mis labios, mientras me miraba con esos ojitos que adoraba.
—Ahora yo soy tuyo, y tú eres mía —dijo entre mis labios. Estaba realmente feliz de estar con él.
—Por siempre tuya —dije mirándolo con ternura.
Nos quedamos un rato en la cama platicando, hasta que Matthew me recordó que debía llamar a mi tía y decirle todo.
Le conté todo a mi tía, ella al parecer me entendió, pero mi papá no estaba para nada contento, le quito el teléfono a mi tía que para mí mala suerte se encontraba con ella y me dijo que me regresa de inmediato, que el castigo sería más grande sino regresaba. Además dijo que estaba decepcionado de mí.
—Creo que tienes que regresar hermosa —me dijo Matthew pasando su mano por mi cabello tiernamente.
—¿Y qué va a pasar con nosotros? —pregunte angustiada sin despegar sus ojos de los míos.
—Tranquila, lo solucionaremos, pero por ahora no puedo regresarme, tengo cosas que hacer acá, estoy al frente de un nuevo negocio —dijo acariciándome mi rostro y dándome un beso en la frente.
Yo me aferre a sus brazos y lo abrase fuertemente.
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Vacaciones de verano
RomanceCharlotte era una chica rebelde, arrogante y mentirosa en algunas ocasiones. Una chica acostumbrada a estar rodeada de lujos, tener todo a sus pies. Un día se escapó de su casa logrando que su padre se molestara. Su padre la castigo, pero no quitánd...