Capítulo 15

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...

—No sé qué pasará con Charlotte y conmigo en estos pocos días que le quedan, ya le confesé que me gusta y mucho... y ella también me confeso que le gusto, pero no sé qué piense ella sobre esto que nos está sucediendo —pienso soltando un suspiro pesado.

—Mañana seré claro con ella... después que se vaya ella seguirá con su vida y yo con la mía... eso está más que claro... tal vez  esto sea solo algo pasajero.

—Igual no quiero hacerle daño por si llega a enamorarse de mí, o peor aún...que termine enamorándome yo de ella... además yo quisiera saber lo que ella piensa de todo esto —pienso confundido con mi mano en mi cabeza.

—No quiero hacerle daño y tampoco quiero ilusionarla... mejor dejare de pensar tantas tonterías y dejare que las cosas se vayan dando solas, ya veremos qué pasa más adelante.

Al siguiente día, me levante temprano y de muy buen humor, me bañe y salí a trotar un rato y luego  ejercite mi cuerpo. Al regresar subí rápido las escaleras y me di una ducha. Luego baje para hacer el desayuno.

Maria había salido temprano al pueblo con un trabajador de la hacienda que le hizo el favor de llevarla, así que aproveche de hacer el desayuno. Charlotte aún estaba durmiendo.

Al rato llego Maria del pueblo con varias bolsas.

—Buenos días Matthew te levantaste temprano hoy —me dijo cariñosamente.

—Me fueses esperado y yo te preparaba el desayuno —me dijo acomodando las cosas que había comprado.

—No tranquila, quise hacerlo yo —dije alegremente.

Maria solo se sonrió y salió de la cocina. Al mucho rato veo a Charlotte entrando a la cocina, me acerque a ella y le di un dulce beso en sus labios. Ella estaba hermosa, tenía un pantalón ajustado a su cuerpo y una blusa blanca de tiras, su aroma era algo que me enloquecía.

—Matthew... nos puede ver Maria —me dijo mirando hacia atrás con una sonrisa tímida en su rostro.

—Tranquila que no nos vio —dije dándole otro beso.

—¡Hey! Ya basta... —dijo ella riendo tímidamente y empujándome levemente.

Narra Charlotte.

En ese momento entro Maria a la cocina.

—Casi casi que nos ve —pensé nerviosa y mirando a Matthew fijamente a los ojos. Con mi mirada le decía todo.

Esto de estar así en cualquier momento nos pueden ver, aunque no estábamos haciendo nada malo —pensé.

—El niño Matthew se levantó temprano hoy y de muy buen humor... que hasta  él mismo preparo el desayuno —dijo Maria sonriendo.

Solo me quede callada y sonriendo tímidamente.

—Siéntate Charlotte, te voy a servir el desayuno —escucho decir a Matthew.

—¡Waoh! —dice Maria con su boca abierta mirándome sorprendida. Luego se acerca a mí y me susurra al oído: —yo creo que Matthew anda enamorado —dice entre risas.

Yo solo me quedo helada tratando de sonreír naturalmente.

—¿Qué están murmurando ustedes dos? —dice Matthew mirándonos a las dos frunciendo su entrecejo.

—No... nada nada —dijo Maria entre risas.

—Ah por cierto anoche cuando llegue vi el televisor encendido y palomitas de maíz regadas por todos lados —dice Maria seria.

Yo mire a Matthew y él me miro de la misma forma, cuando dijimos al mismo tiempo y señalándonos.

—Fue Charlotte...

—Fue Matthew.

Luego ambos comenzamos a reír a carcajadas haciendo que Maria se contagiara de la risa, luego salió de la cocina dejándonos solos.

Estábamos terminando de desayunar cuando Maria me llamo casi gritándome emocionada.

—¡Chalotte... Charlotte!

Matthew y yo nos vimos por unos segundos, él me miro y encogió los hombros, como queriéndome decir: - ¿que pasara?  luego fuimos hasta la sala a ver qué era lo que pasaba.

—¿Qué pasa Maria? —digo intrigada. Maria tenía un ramo de flores muy hermoso en su mano con un peluche.

—Llego este hermoso ramo de flores —dijo ella emocionada.

—Qué lindo —digo acercándome al ramo de flores oliendo las rosas.

—Vamos a ver que dice la tarjeta —digo curiosa.

—Debe ser un admirador de mi tía —digo con una sonrisa  y ansiosa por saber quién había enviado las flores.

Por suerte Maria agarro la tarjeta primero que yo y la leyó en voz alta.


Ni con todas estas rosas a tu alrededor...

ni con un jardín cubierto con hermosas flores...

jamás... pero jamás

podrían competir con tu belleza...

que tengas un hermoso día.

Maria y yo nos quedamos boca abierta, embobadas por la nota de la tarjeta.

—Este hombre de verdad gusta de mi tía —digo entre risas.

Matthew solo nos veía sin expresión alguna en su rostro.

—Son cosas de chicas, que ustedes los hombres no entenderán —le digo sacándole la lengua.

—¿No dice quien lo envía? —le pregunto a Maria curiosa mientras Maria veía la tarjeta.

—No, no dice quien la envía —dice Maria levantando la comisura de sus labios.

—Déjame ver a mí —digo quitándole la tarjeta.

—No, no dice nada por ningún lado —digo pensativa.

En eso suena el timbre y Maria abre la puerta... era nada más y nada menos que Ethan.

Matthew cambio su cara por una más seria en cuanto lo vio.

Vacaciones de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora