Capítulo 18

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Por suerte entro al baño y no se lo quito delante de mí.

—Bueno al menos hizo caso el muy terco y se fue a bañar —murmure en voz baja.

Al mucho rato abrió la puerta del baño asomando únicamente su cara pidiéndome la toalla.

—¿Por qué me tortura de esa forma? —de nuevo mi voz interna.

Respire profundo y tome la toalla mientras negaba con mi cabeza.

—Nada más a él se le ocurre entrar a bañarse sin la toalla —dije casi entre los dientes.

Me acerque a la puerta sin mirarlo y le pase la toalla, estaba que salía corriendo de los nervios. Luego salió con la toalla enrollada a la cintura, su cabello aún estaba mojado y desordenado, se veía tan sexy.

—Ya se le ve mejor semblante en su rostro por lo menos —pensé en cuanto lo vi.

—Necesito cambiarme, ¿O piensas quedarte? —me dice con su voz arrogante y mirándome con mucha indiferencia.

—Si ya me voy —dije volteándole los ojos con odiosidad mientras suspiraba fastidiada.

—Eso me pasa por querer estar pendiente de ti —dije casi entre los dientes.

No sé si habrá escuchado o no, pero en este momento no me importa nada, estaba molesta por su comportamiento de niño malcriado.

—Ya te ves mucho mejor, ya volviste a ser el mismo arrogante de siempre —digo cerrando la puerta fuerte.

No me dijo absolutamente nada, su silencio me mataba aún más. Salí enojada de su habitación.

No entiendo porque está molesto conmigo y su indiferencia al tratarme. Si es por el ramo de flores que me dio Ethan esta mañana yo no tengo culpa de eso —dije en voz baja mientras me metía a la cama cubriéndome totalmente con el cubrecama.

...

Al siguiente día me levante temprano, estuve platicando con Maria en la cocina, ella me estaba explicando otros trucos que tenía que aprender a la hora de preparar una comida exquisita, y luego terminamos hablando de Ethan, ella estaba con la curiosidad si esas rosas las había enviado él y se lo termine confirmando, Ethan había sido el de las flores, y que justamente eran para mi...

Hasta que entro Matthew por esa puerta nublándome mi mente. Trate de no mirarlo, pero se me hizo imposible... lo mire de la misma forma que lo miraba cuando lo conocí, estaba enojada con él y todo por su comportamiento tan frió conmigo.

—Buenos días Matthew —dijo Maria cariñosamente.

—¿Cómo sigues?

—Estoy mejor Maria —dijo él tomando un vaso de agua.

—Qué bueno, te voy a preparar el desayuno —le dijo ella.

—No, no tengo hambre —dijo con su voz neutral.

—Tienes que comer algo —le digo Maria regañándolo.

En eso Maria le pregunto: —ayer me quede preocupada por ti... te fuiste así de repente y te vi que saliste algo molesto.

—¿Te paso algo con el trabajo? —le pregunto Maria.

—No, todo está bien —dijo él agarrando una manzana. Pero a mí no me engañaba, sabía que estaba mintiendo, y él motivo tenia nombre, nada más y nada menos que Ethan —dije para mí misma.

—¿Y no te enteraste Matthew? —le dijo Maria mirándome a mi pícaramente.

Yo solo me quede intrigada frunciendo mi entrecejo.

—¿Por qué Maria me mira así? ¿A qué se está refiriendo? —mi voz interna angustiándome.

—A la señorita Charlotte le salió pretendiente —dijo Maria pícaramente...

—El ramo de flores no era para tu madrina, era para Charlotte —dijo ella mirándome con picardía y sonriendo.

—Al parecer tu amigo Ethan quedo flechado cuando conoció a Charlotte —dijo ella mirando a Matthew y le guiño el ojo mientras sonreía de oreja a oreja.

Matthew estaba molesto, pero disimulaba muy bien. Maria con esos comentarios estaba logrando que Matthew se enojara más conmigo, necesito hablar con él y decirle que entre Ethan y yo no ocurre absolutamente nada.

Matthew salió de la cocina, pero antes me miro a los ojos fríamente. Su indiferencia me estaba matando.

Al rato salí de la cocina disimuladamente y me fui atrás de él... Matthew estaba en la piscina, pero no se estaba bañando. Yo le llegue por detrás y le dije: —tenemos que hablar, quieras o no. —dije con mi voz firme. Tenía que aclarar eso o no podría dormir después.

Él me miro con indiferencia y me dijo: —¿de qué quieres hablar? —dijo con arrogancia.

—¿Por qué estás tan cambiado conmigo? ¿Qué te he hecho? —digo mirándolo fijamente a los ojos.

—No me has hecho nada —dijo esquivando su mirada.

—Entonces... ¿cuál es el problema? —digo agarrándolo por la barbilla obligándolo a que me viera a los ojos.

—¿Quieres saber qué me pasa? ¿Quieres saberlo? —me dijo clavando su mirada en mis ojos, con su voz suave y varonil.

—Sí, sí quiero saberlo —le digo con mi voz temblorosa sintiendo su respiración agitada cerca de mí.

—No vez que me estoy muriendo de los celos, no quiero verte con Ethan, ni con otro idiota cerca de ti.

—Estoy que me desmayo... ¿entonces Charlotte? ¿No querías escuchar la verdad?... entonces contrólate y no te desmayes justo ahora delante de este bombón — mi voz interna torturándome.

Vacaciones de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora