Capítulo 19

6K 249 13
                                    

—Pero si en realidad te gusta Ethan, quédate con ese idiota, igual ya te advertí que no es lo que parece, pero haya tu... esa es tu vida y tú haces lo que mejor te parezca.

—A mí no me gusta Ethan... me gustas tú, ¿acaso no lo ves? —termino de decir sorprendiéndome a mí misma por lo que acabo de expresar.

Matthew se quedó callado, sin decir ninguna palabra, logrando que me angustiara más... luego rasco su cabeza algo pensativo y me dijo: —con la edad que tienes no debes estar clara de lo que quieres, quizás esto para ti es solo un momento de tus vacaciones de verano...Tú tienes tan solo 19 años y yo tengo 24 años, soy mayor que tú —dice pasando su mano por su cabeza y soltando un suspiro pesado.

—Voy a cumplir 20 años dentro de poco...además la edad  no me importa en lo absoluto —digo firmemente...

—Pero a mi si, además tú te vas a ir pronto —dice serio.

—Y con lo que dices que esto para mí solo en unas vacaciones de verano, eso no lo sabemos si no lo intentamos, estas sacando conclusiones sin saber que pasara más adelante.

—Yo para ti también puedo ser lo mismo, si a esa vamos —digo encogiendo los hombros.

—Prefiero que sigamos siendo amigos, no quiero tener problemas con mi madrina si llegara a enterarse.

—¡Por dios! —digo riendo con ironía.

—¿Cuál es el problema? Yo te gusto y tú me gustas.

—El problema aquí, es que si seguimos así cualquiera de los dos podría terminar enamorándose, entonces es mejor dejar el jueguito, y seguimos como antes.

—¡Waoh! No puedo creer lo que estoy escuchando.

—No quiero lastimarte —me dijo serio.

—No me vas a lastimar —digo riendo con ironía.

—Dicen que nosotras las mujeres somos complicadas, pero ya veo que ustedes los hombres también lo son, quienes los entienden —dije resoplando negando con mi cabeza.

Narra Matthew.

El problema aquí es que no solo me gustas,  estoy completamente enamorado de ti, ese es el problema, y que te vas en pocos días de mi.

Y sí, soy un cobarde por no querer decírtelo. Y para mí no eres unas vacaciones de verano, para mí lo eres todo. Me enamore  perdidamente de ti, y aun no comprendo cómo te fuiste metiendo poco a poco en mi corazón. No quiero que te vayas, quiero tenerte a mi lado... además mi madrina no sé como lo puede tomar si le confieso que... me gustas Charlotte —pienso pasando mi mano por mi cabeza, pero no me atreví a decírselo.

Charlotte solo me miraba esperando alguna respuesta de mí, solo negué con mi cabeza y me fui de ahí.

Me fui a mi casa, tenía que hablar unas cosas con mi padre, con respecto al diseño del vino, y esos detalles. Quería tener mi mente ocupada en otra cosa menos en Charlotte, ya esto se me estaba saliendo de control. Tuve que regresar a casa de mi madrina al mediodía, sino quien aguantaba a Maria si despreciaba la sopa que me había preparado, a decir verdad ya estaba mucho mejor, ahora necesitaba curar era mi corazón triste.

Charlotte también estaba justo en frente de mi comiendo, sin decirme nada, y comprendo, después de lo que le dije en la mañana hasta yo estuviera así —pensé mientras me llevaba la cuchara a la boca mirándola de reojo. Estaba realmente incomodo, no me gustaba verla así, me gustaba hacerla sonreír, o molestarla, pero su rostro estaba sin ninguna expresión.

Maria no estaba en la cocina, ella estaba acomodando el reguero que tenía en mi habitación, no soy de esos chicos que son desordenado y tampoco muuuy ordenado, pero en estos días mi cabeza estaba en otra parte y no estaba de ánimo para nada, con excepción de mi trabajo, no quería decepcionar a mi padre.

Ella se levantó y lavo su plato, yo me acerque a ella esperando que lavara su plato para luego lavar el mío, ella simplemente me miro con mucha indiferencia.

—¡Dios mío! Su indiferencia y su silencio me está matando —mi voz interna mortificándome.

Luego simplemente salió sin mirarme a la cara.

—Creo que también me comporte de esa manera con ella ese día y sin embargo ella me busco para hablar conmigo y aclarar las cosas —pensé decepcionado de mí mismo.

-Le debo una disculpa, no debí comportarme como un idiota —pensé mientras lavaba mi plato.

En la tarde me la pase trabajando en mi casa, en la noche pensaría buscar a Charlotte y disculparme con ella como lo había pensado.

Cuando me doy cuenta ya eran más de las 8 de la noche, coloque mi mano en mi cabeza pensando en Charlotte, tal vez a esta hora ya este encerrada en su habitación —pensé levantando la comisura de mis labios.

Cuando llegue a la casa de mi madrina, me sorprendo al escuchar música a todo volumen.

—Pero esa música viene —murmuro en voz baja dirigiéndome a la piscina,  cuando veo a Charlotte en la piscina encima de los hombros de un chico y de otro lado a otra pareja, por lo que estaba viendo estaban jugando el juego de quien derribaba a quien primero. Me hervía la sangre de ver a Charlotte con otro chico.

El chico que estaba del otro lado le hizo seña a Charlotte.

—Por cómo se lo dijo me imagino que le estaría diciendo que yo había llegado. Ella volteo de inmediato y cayó al agua,  los que estaban ahí comenzaron a reír a carcajadas, yo simplemente me retire y me fui a mi habitación.

—Creo que es mejor así —pienso decepcionado caminando a mi habitación.

—¿Por cierto y Maria no dijo nada sobre esto? —pienso desconcertado, entonces me devolví y fui hasta la habitación de Maria, para mi sorpresa ella no estaba.

—Qué raro, ¿A dónde habrá ido? —pensé confundido.

Ya entiendo entonces porque a Charlotte se le ocurrió la brillante idea de llamar a sus amigos —dije negando con mi cabeza.

Al rato de haberme acostado escucho que tocan a mi puerta, al abrir me consigo con nada más y nada menos que a Charlotte.

Vacaciones de veranoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora