Capítulo 1

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Nuevamente no pude dormir a causa de los malditos gritos y las malditas pesadillas. Llevo seis putos años en esta maldita prisión.

Se llevó a cabo un juicio acerca de lo que pasó ese día, yo no tenía pruebas y le creyeron a Melisa. La Juez me dio diez años de sentencia, sin excepciones. Los primeros días aquí en la prisión fueron un caos total, todos vienen hacia la nueva y la intentan intimidar, pero salí adelante.

Ahora todos saben que la más fuerte de la prisión soy yo, algunas me tienen miedo y otras siempre intentan buscar pelea para intentar vencerme.

A mí no me gusta pelear, pero si ellas buscan pelea pues entonces les doy lo que quieren. Muchas veces no mido mi fuerza y termino mandando a unas al hospital. Mi compañera de celda es muy amable y muy débil, se integró a la prisión hace dos años, se podría decir que es como mi hermana pequeña. Se meten con ella, se meten conmigo.

Muchas veces salimos de la prisión para hacer servicios sociales, siempre nos ponen esposas de diferente peso. Unas veces de una tonelada, otras de dos y hasta cinco (aunque eso es sólo para las más peligrosas, como yo). Luego de un tiempo te acostumbras a llevarlas con normalidad, al menos para mí.

También cuando uno entra a la prisión te ponen un anillo que no te puedes quitar por nada, este artefacto anula tu kosei para que así no puedas utilizarlo. Los oficiales son los únicos que pueden quitarte el anillo, aunque yo descubrí la manera de poder quitarlo y a veces, sin que se den cuenta, practico mi kosei.

Hace 4 años descubrí que mi kosei técnicamente es infinito, puedo pensar en el poder que yo quiera y lo puedo tener por el tiempo que quiera. Es asombroso, me hubiese gustado saberlo en aquel entonces, así hubiese prevenido la muerte de mi padre.

-Akira, la Juez te llama.- Sara llegó a abrir la celda, yo me extrañé al escuchar lo que me dijo. Me levanté de la cama y la seguí. – Creo que ya llegó el tiempo que te vayas de la prisión.

-No puede ser posible, me faltan cuatro años aún.

-Sí, lo sé. Pero tú eres la presa más amable, aunque a la vez, la más temible. Todos saben que tú no buscas pelea, ellas te buscan a ti. Además, las únicas veces que tú provocaste las peleas, era para defender a alguien más.

-Bueno, espero tengas razón. –Seguimos caminando hasta que llegamos a la sala de interrogatorio, ¿por qué? No tengo la más mínima puta idea. Sara me dejó pasar y me dijo que esperara un momento. Por obviedad llevo esposas.

Luego de unos minutos la puerta se abrió y la Juez entró.

-Buenos días, Akira.

-Buenos días.

-¿Ya sabes para qué te mandé a citar? ¿O tienes una idea?

-Tal vez tengo que hacer más servicio a la comunidad.

-Estás equivocada, te llamé para decirte que saldrás de la prisión. Sé que te faltan cuatro años, pero he observado tu comportamiento desde que entraste y te has portado bien. Lo único es que, tendrás que estudiar en U.A. y tendrás que trabajar en un Starbucks lunes, miércoles y viernes, y por último, los sábados ayudarás en un taller mecánico. ¿Aceptas las condiciones?

-Vaya, es mucho. Pero acepto, ¿cuántas horas y en dónde?

-Son dos horas al día, en el Starbucks y cuatro horas en el taller, la dirección te las dará Sara. Así que ve con ella, ya que desde hoy ya no estarás más en prisión. Saliendo te irás a U.A.

-Está bien, gracias. Sólo quiero que cuiden a Hikari.

-No te preocupes, la cuidaremos. Y espero no causes problemas.

Unic (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora