Capítulo 31

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Me creé un PSP para no aburrirme tanto aquí, jugué God of War por un buen rato. Luego me dediqué a jugar con la cama, tomé el botón y lo modifiqué un poco. Comencé a levantar la cama y luego a bajarla, luego la hacía hacia delante y luego hacia atrás. Lo hice rápido y así me divertí durante unos minutos. Hasta que Masaro llegó.

-¿Qué haces, Akira? –Me miró divertido, yo le sonreí nerviosamente.

-Nada, nada malo. –Él negó y rió.

-Unos chicos quieren verte, ¿los dejo pasar?

-¿Cómo son? –No quiero que sean los de la U.A.

-Uno es peli-celeste, otro rubio, unos pelirrojos, otro peli-azul y así.

-Ohhh, entonces déjalos pasar. –Él asintió y se retiró. Dejé la cama normal y dejé a un lado el botón que lo ajustaba. Esperé unos minutos y luego entraron mis basquetbolistas favoritos. Y varios me miraban seriamente. –Mmm... ¿Hola?

-¿Cómo es eso que te lastimaste? –Me miró acusatoriamente Akashi.

-A pues...

-No puedes ir por la vida lastimándote, nanodayo.

-Pero es que...

-¿Por qué lo hiciste? –Me interrumpió Kagami.

-Verás...

-No, mejor no me digas nada. –Me volvió a interrumpir Kagami, suspiré divertidamente.

-A ver, a ver. ¿Me van a escuchar o qué pedo?

-Bueno, ya. Dejen hablar a la niña. –Se burló Himuro, le saqué la lengua.

-Miren, tengo un poder que me es difícil de controlar. Para lograr que se "calme", me tengo que lastimar. ¿Capisci?

-¿Cómo así? –Kagami le metió un golpe a Aomine para que intentara entender.

-Un poder demoníaco. –Les miré. –Ese es el que no puedo controlar, es como si otra persona viviera conmigo. –Ellos asintieron.

-¿Por qué no te curaste? –Me preguntó Takao.

-Hay algunas cosas que no puedo hacer con mi quirk y una de esas es el curarme de las lesiones que yo me haga. Aunque, sí me puedo curar, pero tardaría muchas horas en hacerlo. En cambio, si uno de ustedes me lastima, me puedo curar en un dos que tres.

-Vaya, así que tu quirk tiene debilidades. –Me dijo Kasamatsu, yo asentí. Justo en ese momento entró Masaro.

-Bien, Akira. Puedes irte y por favor ya no te lastimes, sé que la lograrás controlar. –Me sacudió mi cabello y yo le sonreí.

-Bueno, no prometo nada. –Él suspiró y salió de la habitación. Me paré de la cama y me alisté para irme con los chicos.

-Pareciera que se conocieran desde mucho antes, Akiracchi.

-Él me atendía cuando estaba en prisión. –Salimos de la habitación y nos dirijimos hacia la salida del hospital. –Él me atendió en cada una de mis lesiones que me hacían en ese lugar. –Todos me miraron con deje de tristeza.

-Me hubiese gustado estar allí para ayudarte, Aki-chin. –Me sobó la cabeza el titán colosal.

-Owwwsssss, gracias. –Me acerqué a Himuro. -¿Me cargas? –Él asintió, se agachó y me tiré para que me cargara. Luego me acomodé. -¿A dónde vamos?

-Iremos a un restaurante, Akashi-kun nos invita. –Lo miré con duda.

-¿Perdiste una apuesta? –Él asintió, me reí de él y negué. –Mejor ni pregunto.

Unic (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora