Unic (BNHA)

Capítulo 4

Esa cama es muy cómoda, dormí como nunca.

Yo no necesito una alarma para poder despertarme, siempre estoy acostumbrada a levantarme a las 5 de la mañana, también esto es gracias a vivir en prisión. Tienes que estar atenta a cualquier costo.

Me levanté de la cama y me dirigí hacia el baño, me creé un cepillo y comencé a cepillarme los dientes. Luego de terminar tomé el celular que me creé ayer y puse música de YouTube, luego me metí a bañar.

Me tardé al menos unos 30 minutos en bañarme, al salir del baño me coloqué una bata, recién creada. Me dirigí nuevamente a mi habitación y me creé el uniforme de la U.A. Espero haberlo hecho bien ya que no recuerdo mucho cómo era el vestuario. Luego me coloqué la ropa y mis típicas botas militares, no salgo sin ellas.

Tomé la mochila y en ésta metí los cuadernos, el celular y los audífonos, luego bajé a la primera planta de la casa. Sólo por curiosidad me acerqué al refrigerador, tal vez habría comida que me haya dejado amablemente la Juez. Pero como la ley es una mierda, no me dejaron ni una puta manzana, hijos de puta.

Tendré que aguantarme nuevamente el hambre, al menos hasta que vaya a trabajar. Se supone que entro a las 7 de la mañana a la escuela, y ya eran las seis con treinta minutos. Tomé mi mochila, las llaves de la casa y salí rumbo a la escuela.

Gracias a Bakugou se me quedó más o menos por dónde ir, ya que relativamente vivimos cerca. Me dirigí hacia la estación del tren y esperé unos minutos a que llegara. Luego que éste llegara lo abordé y me coloqué los audífonos para poder escuchar música.

El viaje duró al menos unos 15 minutos. Al bajar del tren sentí una presencia que me observaba, decidí pasarlo por un momento pero al cabo de unos 5 minutos aún sentía esa presencia. Activé mi kosei y decidí usar los sentidos de un león, esto hace que pueda oler, escuchar mejor y que me crezcan los colmillos.

Me metí en un callejón sólo para corroborar que me estaban siguiendo, y sí. Me seguían. Alguien a lo lejos intentó lanzarme unas dagas, las cuales esquivé con facilidad. Activé el poder de All Might, salté con fuerza y salí del callejón. Decidí irme saltando por los techos para así no luchar con quien sea que me quiera hacer daño, si lucho no me contendré y no quiero volver a prisión tan pronto.

Seguí saltando hasta que esa persona que me seguía me logró atrapar y me arrojó al suelo, tenía una máscara y no pude verle su rostro. Rápidamente lo pateé y lo arrojé a unos metros lejos de mí. Tengo que salir de aquí, debo evitar las peleas, aunque en este instante me gustaría arrancarle la cabeza.

-Ella ya sabe que saliste de prisión, en un momento dado todos te atacaremos -Yo lo miré directamente con asombro, me di la vuelta y salí de allí, pero antes él logró tirarme 7 navajas, las cuales sólo logré esquivar dos. Tres se enterraron en mi brazo y dos en mi abdomen.

Me dirigí lo más rápido que pude hacia la escuela. ¡Mierda! No puedo durar un maldito día sin los putos problemas. Ya era tarde y me valió una mierda que la clase ya estuviera cerrada, no toqué ni pedí permiso, sólo entré. Cerré y comencé a respirar demasiado rápido.

-Llegas tarde, Akira. -Sé que era Aizawa quien me hablaba, en el ángulo que estaba nadie podía ver mi estado. Me volteé para que pudiera verme mejor, mi playera estaba algo rota, mi brazo estaba derramando demasiada sangre junto con mi abdomen. -¿Pero qué te pasó? -Se alarmó un poco, le intenté sonreír para que supiera que no me dolía mucho.

-Ella... -Tomé una navaja de mi brazo y la quité, hice una pequeña mueca. - Ya sabe... -Tomé otra y la quité. -Que salí de prisión. -Me quité la última navaja de mi brazo. Luego quité las del abdomen, sólo que esas estaban más enterradas. Al quitarla escupí algo de sangre de mi boca. -No le hice daño a nadie. -Escupí nuevamente, y luego le di un golpe a la pared por el enojo de no poder asesinar a quien quiera que me haya hecho daño, le hice un hueco a la pared. -Un maldito chico con máscara me atacó, intenté escapar pero me logró atrapar, lo único que me dijo es que ella ya sabe que salí de prisión. -Comencé a curarme las heridas con la regeneración, muchos en la clase estaban preocupados. Luego le di otro golpe a la pared haciendo que algunos se asustaran. -¡MIERDA! Esa maldita hija de puta ya sabe que salí. No sé cómo lo supo tan rápido, carajo. -Midoriya y Uraraka se pararon para ayudarme, estaban sumamente preocupados.