Prólogo

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Felicidad, amor, diversión, amistad. Esos sentimientos que todo niño experimenta en su infancia. Me gustaría decir lo mismo, pero lamentablemente no es así.

Once años, llevo once años intentando convivir con la que solía llamar "madre". Así es, mi madre me maltrata. En otras palabras, me odia. Yo no voy a la escuela ya que según mi madre sólo es un mal gasto de dinero, mi padre no lo sabe.

Mi padre es la única persona que amo y considero mi mejor amigo, él trabaja demasiado y por ende no puede estar mucho tiempo en casa. Pero cuando él está en casa siempre jugamos, molestamos y nos divertimos juntos. Y cuando no está, tengo que hacer todo lo que mi "madre" diga, ya sea exponerme o no al peligro. Igual, a ella no le importa en lo más mínimo lo que me pase.

Hoy en día vivimos en un mundo en donde más de la mitad de la población ha desarrollado súper poderes, al menos eso es lo que he visto en la televisión. Esa mujer no me deja salir para nada, al menos que sea para traerle algo.

Yo aún no conozco del todo mi kosei, mi madre tiene telequinesis y mi padre no tiene kosei. A pesar de no tener poderes, mi padre hace todo con tal de verme feliz, aunque no sabe lo que hace mi madre cuando él no está.

Mi madre mayormente me tiene de esclava, me golpea, me deja sin comer y me encierra en el sótano. Yo a tan corta edad comencé a ver la realidad del mundo, pero a pesar de eso no quise decirle nada a mi padre. No quería que le pasara nada por mi culpa, simplemente no me lo perdonaría.

-¿Puedes abrir la maldita puerta? Llevan horas tocando y tú no oyes, maldita mocosa. –Mi madre me hizo salir de mi mundo. Dejé la escoba por un lado y fui a abrir. Mi padre ya había vuelto del trabajo, me lancé hacia él y lo abracé con fuerza.

-Hey, ¿cómo está la princesa más bella del mundo?

-¡Bien! Que bien que ya estés en casa, te extrañé demasiado.

-Yo igual te extrañé, princesa. Ahora ven que te mostraré algo muy importante.- Mi padre me bajó y tomó mi mano, entramos a la sala y saludó a mi madre, luego subimos hacia la segunda planta. Llegamos a su habitación, él dejó su portafolio en la silla de su escritorio y se quitó la corbata.

Mi padre, de su saco, sacó un pequeño sobre y yo comencé a preguntarme qué había dentro de éste.

-¿Quieres saber lo que hay dentro? –Me sonrió, yo simplemente asentí repetidas veces y nuevamente me lancé hacia él. Me senté en sus piernas y comenzó a abrir el sobre.

De éste sacó dos collares, sus dijes eran para juntarlos y formar un infinito. Yo lo miré y él me sonrió nuevamente.

-Estos collares son para ti y para mí, simbolizará el amor que yo te tengo y al mismo tiempo el que tú me tienes. Este será nuestra gran unión cuando yo no esté en casa, ¿qué te parece? –Me extendió los collares para que yo los observara. Las cadenas eran de un dorado tan hermoso y el dije era de un plateado tan brilloso que te enamoras de sólo verlos.

-Me encantan, ¡están hermosos! Nunca me lo quitaré, te lo prometo.- Le sonreí y chocamos puños.

-Bien, pero lo guardaremos por ahora en la caja fuerte, ¿te parece? –Asentí. – Bien, tú ya sabes la combinación. Cuando quieras el collar sólo búscalo y lo tomas, pero este es nuestro secreto, recuerda que mami no lo puede saber.

-No te preocupes, ella no lo sabrá.- Le susurré.

Él guardó los collares en la caja fuerte y me comenzó a contar varias historias de los héroes, todas las cosas geniales que hace All Might, Endeavor, Eraserhead, etc. Pero para mí el mejor héroe de todo el universo, es mi padre. Siempre siento esa salvación, esa tranquilidad cuando él está aquí.

-¡Bajen a comer! – La bruja nos llamó, así que mi padre me tomó de la mano y bajamos.

La cena consistía en café, huevos revueltos, frijoles y tocino. Se miraba delicioso, llevo desde anoche que no he comido. Me senté y comencé a comer muy rápido, mi padre me dijo que no tuviera prisa sino me iba a atragantar.

La cena siguió normal, hasta que sentí algo raro en el pecho. Algo malo iba a pasar, sentía que algo pasaría...

Y lamentablemente pasó.

Mi padre comenzó a toser demasiado, yo me asusté y me acerqué a intentar ayudarlo. Él intentó sonreír para intentar calmarme, pero no iba a funcionar. Entré en pánico al verlo escupir demasiada sangre, intenté darle del agua que estaba bebiendo para que se intentara calmar, hasta que me percaté que eso olía extraño.

-¿¡Qué le echaste a su agua, maldita bruja!? –Le grité con exasperación a mi "madre".

-Simplemente estoy haciendo lo que debo hacer, no te entrometas niña.- Tomé un jarrón y se lo intenté lanzar a su cabeza, ella lo esquivó rápidamente. - ¡Cálmate maldita!

Yo hice caso omiso y comencé a lanzarle lo que tenía a mi alrededor, sólo le di una vez en su cabeza con un vaso, lo cual hizo que se quebrara y de la cabeza de ella comenzara a salir sangre, ella corrió a la segunda planta. Comencé a escuchar que mi padre me llamaba, rápidamente me acerqué a él, a estas alturas estaba llorando desgarradoramente. No sabía qué hacer, simplemente sentía que lo perdería todo.

-H-Hija, a-acércate.- Me arrodillé junto a él, puse su cabeza en mis piernas, me importaba poco si me manchaba de sangre. –R-Recuerda que s-siempre te a-amaré, s-sin importar q-qué. T-Tú saldrás a-adelante y-y serás l-libre. Te amo, p-princesa. –Mi padre me dio un beso en mi frente y luego dejó de respirar.

Yo entré en pánico, lo comencé a mover para que despertara, aunque ya sabía que no iba a volver. Comencé a gritar, llorar y a respirar entrecortadamente.

-Al fin desapareció, sólo era un maldito bache en el camino.- Se acercó mi "madre" a ver a mi padre, ya muerto. La miré con furia, yo en estos momentos no estaba en mis cinco sentidos. Comencé a ver que mi madre estaba llevándose su mano a su cuello y pidiéndome que parara.

Yo no tenía control sobre nada, la estaba ahorcando sin darme cuenta. Comencé a gritar de la euforia y de la tristeza, porque sé que jamás volveré a ver a mi padre.

Hasta que escuché un estruendo venir de la puerta. Los policías habían entrado a la casa y comenzaron a observar el panorama. La mesa estaba tirada, habían varias cosas rotas, mi padre inerte en el suelo con demasiada sangre, mi madre respirando muy fuerte ya que por lo visto la dejé de estrangular y yo estaba llorando con demasiada sangre en mi ropa.

-¡Ella hizo todo esto! ¡No la pude controlar! ¡Mató a mi esposo, oficiales! ¡Aléjenla de mí! ¡ES UN MONSTRUO! –Se puso a "llorar" y a señalarme, comenzó a decirle a los oficiales que yo cometí todo esto. –Mírenla, ¡ella me estaba ahorcando! Si ustedes no llegaban, yo iba a ser su siguiente víctima.

-¡NO LE CREAN! ¡Eres una mentirosa! ¡Tú mataste a mi padre! –Intenté acercarme a ella pero los oficiales me detuvieron. -¿¡Qué hacen!? ¡Suéltenme! –Me esposaron, comencé a forcejear pero me retuvieron. Me sacaron de la casa y nos comenzamos a acercar a la patrulla. Volteé a ver por última vez mi casa y ahí estaba mi madre, viéndome con una sonrisa. Yo intenté soltarme por última vez de los oficiales y ellos me empujaron hacia dentro del coche. Los vecinos miraban la escena con terror.

Juro que me vengaré de ti, Melisa.

Unic (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora