Capítulo 23

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Mi puta mañana no empezó bien, hoy sí me enfermé de verdad y lo peor de todo es que cuando me enfermo no logro controlar mis poderes. Se podría decir que esta es mi debilidad, al final de cuentas sí me hizo mal el quedarme a dormir con el cabello mojado.

¿Saben qué es lo peor? Que no tengo café para poder hacerme uno, ya que tengo un frío que me está tocando los ovarios. Bajé las escaleras y me dirigí hacia la cocina, fui hacia el refrigerador y tomé la leche para ponerla en el microondas.

Cuando escuché la campanita tomé mi leche y empecé a beberla, comencé a toser demasiado. Por la casa habían pelotas, bates de béisbol, osos de peluche, tierra, hielo y demás cosas por no poder controlar mis poderes.

Subí nuevamente a mi habitación y tomé mi celular, le llamé a Aizawa.

-Aizawa... -dije con una voz débil.

-¿Qué pasó? ¿Qué tienes? –Se escuchó preocupado, tosí fuertemente.

-M-Me enfermé y n-no puedo ir a e-estudiar, n-no controlo mis poderes. –Nuevamente volví a toser. En mi cuarto aparecieron gatos, ¿pero qué mierda?

-Vale, no te preocupes. En la noche iré a tu hogar y te cuidaré, ¿está bien? Cuídate y no salgas de la casa. –Sonreí aunque no pudiera verme.

-C-Claro, nos vemos luego. –Y corté la llamada, tomé una sábana y bajé nuevamente las escaleras para recostarme en el sillón. Me recosté y luego intenté desaparecer algunas cosas que aparecieron por mi culpa, sólo pude deshacerme de la mitad.

Intenté dormirme nuevamente, pero me dieron unas enormes ganas de vomitar, subí rápidamente hacia el baño y comencé a regresar... ni sé que estaba regresando ya que no he comido durante unas largas horas.

Tiré de la cadena y luego salí, en el pasillo aparecieron cubetas. Al menos agradecí y tomé una para que no esté subiendo a cada rato al baño. Bajé nuevamente y me recosté otra vez en el sillón, me coloqué la manta e intenté dormirme. Pero como mi vida es tan genial no podía, cada vez que tosía aparecía algo; cuando estornudaba aparecía algo, se rompía algo o había un pequeño temblor; cuando vomitaba aparecía comida, pero como yo ya lo había hecho antes, eso sabía asqueroso; y por lo que me doy cuenta es que cuando tengo calor creo ventiscas heladas y cuando tengo frío, éste lugar parece el infierno. Aunque yo no lo sienta, pero sé que eso está pasando.

Mierda, esta será una larga mañana.

...

¿Por qué esa hija de puta no vino a estudiar? Al menos hubiera avisado la maldita bastarda. Todos en la puta clase estaban preguntando por ella y ya me tenían hasta los cojones.

-¿¡Por qué mierda no vino!? –Gritó exaltado un rubio.

-Calma Kacchan, tal vez tuvo una emergencia. –Intentó tranquilizarlo Midoriya.

-Emergencia mis huevos, vamos ahora mismo a su casa. –Bakugo tomó de la mano a Deku y se lo llevó a rastas.

Iban demasiado rápido, llegaron en pocos segundos a la estación de tren y lo abordaron. Bakugo impaciente porque el puto tren no podía ir más rápido, iba a explotarlo si fuera necesario, Midoriya hacía lo que podía para poder tranquilizarlo. Finalmente el tren llegó y la pareja salió corriendo, bueno... El rubio corría mientras arrastraba a su pareja. Antes de llegar a su casa vieron que en la puerta de ésta habían 10 chicos parados allí.

-¿Quién mierda son ustedes? –Preguntó con el ceño fruncido el rubio a los chicos, Midoriya le dio un trancazo por cómo actuó.

-Discúlpenlo, ¿quiénes son ustedes? –Preguntó calmadamente el peliverde.

Unic (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora