Los cuatro estábamos sentados en mi sofá, yo tenía a Makoto en mis piernas mientras se recostaba en mi pecho. También estaba en medio de la pareja.
-¿Y bien? ¿Qué hacen aquí? No es por querer echarlos o algo así, pero... -Les miré a los dos con duda.
-Sabemos lo que pasó en la escuela y queríamos saber si estabas bien. –Me sonrió Midoriya, yo débilmente se la devolví.
-Ustedes no se preocupen, estoy bien. –Esta vez sí sonreí bien.
-No, maldita sea, no. Tú no estás bien. –Me miró Bakugo, Midoriya y yo le vimos sorprendido. –Ya deja de hacerte la sonriente que sabemos que no estás bien, deja de hacerte la fuerte, mierda. –Se comenzó a rascar la frente, ya irritado, yo le revolví más su cabello puntiagudo y le ofrecí mi más grande sonrisa.
-En serio no se preocupen, de alguna forma u otra me esperaba que ellos aún creyeran que soy lo que creen. Pero para serles sincera, actuaron muy bien. –Lo dije con un deje de tristeza. Midoriya me abrazó por los hombros, tratando de no despertar a Makoto, quien se quedó dormido en mi regazo.
-Akira-san, nosotros estaremos siempre para ayudarte. Si tienes algún problema puedes pedirnos ayuda. –Me sonrió el peliverde. –Y además, ¿por qué tienes el mismo collar que Aizawa? –Me miró con duda.
-Oh esto. –Señalé mi collar, luego sonreí. –Aizawa tiene el collar de mi padre, para mí Aizawa siempre fue y siempre será mi otro papá. Decidí que él debería usarlo, mi padre me dijo que le diera el collar a quien yo pensara que fuera el correcto. –Les sonreí débilmente.
-¿Tú papá...? –Comenzó a hablar Midoriya, pero lo interrumpí.
-Mi padre está muerto, mi madre lo mató. –Empecé a contarles, ya ni me acuerdo si se los había dicho o no. –Por eso fui a prisión, mi madre me inculpó de su muerte. Pero la prisión no me importa, me importa mi padre. Haré que mi madre se pudra en la cárcel, lo juro. –Dije con determinación.
-O-Oye, A-Akira n-no sabía eso... -Me abrazó Midoriya, le sonreí.
-No te preocupes. –Quería llorar. Creo que ahora me he vuelto una maldita llorona, agh... Odio eso. -¿Quieren jugo? No por gusto lo fui a comprar. –Intenté cambiar el tema.
-Yo quiero dos vasos, estúpida. –Me dijo sonriendo el rubio.
-Yo sólo quiero uno, por favor. –Me dijo amablemente el peli verde, asentí a sus pedidos y cuidadosamente me levanté, ya que Makoto seguía dormido. Lo coloqué en el otro sofá y lo acomodé lo mejor que pude. Al dejarlo cómodo me dirigí hacia la cocina y de camino hacia allí le metí un zape a Bakugo.
-¡Oye! ¿Por qué mierda fue eso? –Me gritó.
-Deberías pedir las cosas como tu novio, aprende, perra loca. –Le saqué el dedo de medio y fui hacia la cocina por unos vasos. Midoriya rápidamente agarró a su novio para que no me explotara la cara o la casa. Yo me reí por eso.
Entré a la cocina y tomé 4 vasos, ya teniendo éstos me volví a dirigir a la sala. Midoriya y Bakugo estaban tan juntos... Me hice invisible.
Dejé los vasos por un lado e hice mi teléfono invisible, me coloqué delante de ellos y coloqué la cámara para poder tomarles una foto. Tomé como tres fotos, en una salían ambos riéndose; otra en donde los dos se estaban abrazando y en la última Bakugo le estaba dando un beso en la mejilla a Midoriya. Juro que estoy sangrando de la nariz.
-¿Por qué mierda tarda tanto esa maldita? –Comenzó a enojarse el rubio. -¡Akira!
-¿Qué? –Me hice visible, tanto Midoriya como Bakugo se espantaron y comenzaron a gritar. Los dos se habían hecho hacia atrás y por el susto dieron vuelta junto con el sillón, yo me estaba matando de la risa y comencé a tomar fotografías. –O Dios mío, esta va para fondo de pantalla. –Seguí matándome de la risa, Bakugo ayudó rápidamente a Midoriya para que se pusiera de pie y luego se abalanzó hacia mí.
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Unic (BNHA)
FanfictionUna infancia de mierda, un amoroso padre y una malvada madre. Una tragedia que cambia la vida de nuestra protagonista. Años en una prisión y un gran deje de tristeza con rabia. A lo largo de la historia, Akira conocerá a varias personas que le ayud...