Capítulo 8

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Ya eran las 5 de la mañana y estaba lista para levantarme, arreglarme y demás cosas. Aún tenía los ojos cerrados pero mis instintos estaban al cien, como ya he dicho antes, en la prisión una debía estar atenta a todo, por lo cual yo ahora no duermo mucho. Estaba tan metida en mis pensamientos hasta que unos jalones me interrumpieron, yo por auto reflejo metí un puñetazo a quien sea que me estuviera jaloneando.

-¡MIERDA! ¡HIJA DE LAS RE MIL PUTAS BESTIAS! ¿¡QUÉ MIERDA TE PASA, INÚTIL!? -Genial, desperté la bestia de Bakugo. ¡Pero no es mi culpa! ¡Son mis reflejos!

-¡PERDÓN! Es que son mis auto reflejos, en la prisión tienes que estar atento a tu alrededor y aún no me acostumbro. Perdón. -Me levanté para verle el puñetazo, no fue tan grave ya que no lo hice con fuerza. -Ay ya, no seas marica que ni te di fuerte.

-Puta pero dolió, pendeja. Ya nunca te vuelvo a despertar, bestia inmunda.

-Pero ya estaba despierta. -Le sonreí con inocencia y sólo recibí una manada de esa perra loca rubia. -Pero bueno, ¿dónde está tu baño?

-Por allí. -Me señaló una puerta blanca que estaba por la librera. Aún seguía sobándose el puñetazo, creo que igual ni medí la fuerza, pero yo siento que no lo hice fuerte.

-Me daré un baño, así que ni se te ocurra entrar, maldito pervertido. -Sonreí y me dirigí hacia el baño.

-¡YO NO SOY UN PERVERTIDO, PULGA HORROROSA! -Me gritó y salió de la habitación. Yo rápidamente me di un baño y me cambié con la ropa que creé. Ya estaba lista y salí de la habitación. Bajé las escaleras y me dirigí hacia el increíble olor que estaba sintiendo.

-Hey, ya puedes ir a bañarte. -Le dije a Bakugo mientras le daba un puñetazo amistoso en su hombro. -No sabía que podías cocinar.

-La maldita vieja bruja sólo quema lo que hace, mi padre me enseñó. -Sonreí.

-Al menos ya sabemos que tú le cocinarás a Midoriya y le llevarás su comida a su habitación. Uyyyyy... -Me burlé de él, se puso rojo y me metió un golpe en mi cabeza. Yo me empecé a carcajear.

-Y-YO NO HARÉ TAL COSA, IDIOTA. MEJOR ME VOY A BAÑAR. PUEDES AGARRAR LO QUE QUIERAS DEL REFRIGERADOR Y HACER TU PUTO DESAYUNO. -Me dijo mientras salía de la cocina demasiado avergonzado y enojado. Yo me volví a reír.

Ya calmada fui hacia el refrigerador y decidí cocinar unos simples huevos. Nunca he cocinado, sólo he preparado bebidas por lo cual soy buena en eso. Pero creo que cocinar no es tan difícil, ¿qué puede salir mal?

Le puse aceite al sartén, coloque ésta en la estufa y luego venía... ¿Cómo mierda se le saca fuego a eso? Bien, bien, bien, hora de pensar. Comencé a pasar mi vista por toda la cocina hasta que a la par de la tostadora vi unos cerillos. Fui a tomarlos y así poder hacer fuego.

Ya al prender el cerillo lo acerqué hacía esa cosa de la estufa que no sé cómo se llama y no prendió, ¿pero qué mierda? Okay, okay, creo que esas cosas que resaltan de la estufa hay que moverlas para que pueda prenderla. Comencé a probar con cada una mientras tenía la cerilla cerca para ver si prendía y así fue. Se prendió esa mierda.

Luego fui a preparar los huevos, les eché sal y los comencé a batir. Luego de que estuvieran listos los puse en el sartén. No sé cuánto tiempo hay que darle a esto así que fui a sentarme al banco que había allí. No sé ni cuánto tiempo estuve distraída, pero sentí un olor a quemado. Volteé a ver y el sartén estaba en llamas.

¿¡Cómo mierda pasó eso!? Comencé a agitar mis manos y a dar vueltas mientras gritaba. Luego me acordé que tenía poderes y me di un gran golpe en la frente, al acercarme al fuego éste se hizo más grande, me alteré un poco y rápidamente cree hielo y pude apagar el fuego. Mis brazos y mi cara estaban negros por el humo.

Unic (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora