Capítulo 27

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Desperté por unas lamidas, abrí mis ojos y visualicé al perrito que estaba encima de mí. Le sonreí y acaricié la cabeza, lo bajé y me dirigí hacia el baño. Me bañé tranquilamente y luego me coloqué una camiseta blanca junto con unos pantalones militares y mis botas favoritas. Bajé junto con Ares a la primera planta y entré a la cocina, le preparé la comida al perrito y luego tomé lo poco que me quedaba de las frituras que compré, luego compraré más.

Fui hacia mi laptop y lo conecté con la televisión, me pondré a ver unos cuantos episodios de The Big Bang Theory. Me acomodé en el sofá y empecé a comer mientras miraba televisión.

Cuado terminé de comer me levanté y ordené todo, luego tomé al perrito y lo escondí en mi camiseta y salí de la casa. Caminé tranquilamente hacia la estación de tren y esperé unos minutos a que llegara el tren. Lo abordé y luego de unos largos minutos bajé. Empecé a ver a mi alrededor mientras caminaba, muchas personas me miraban con extrañeza y los entiendo, me miro rara con un perrito en mi camisa y su cabecita sale por el cuello de ésta.

Pero no pudo importarme menos y seguí mi camino, pocos minutos pasaron para que llegara a mi destino. Subí las gradas que habían y toqué la puerta, luego toqué otras 3 veces ya que no me atendían. Iba a dar por hecho que no había nadie así que me di la vuelta e iba a regresar, pero justo en ese momento me abrió un señor amargado dentro de su saco amarillo junto con una enorme taza de café.

-Ah, eres tú. Pasa. –Se hizo a un lado y me dejó pasar.

-Buenos días para ti también. –Me reí por su cara de sueño, me dirigí hacia el sofá y me aplasté en él. Saqué al perrito y lo mantuve entre mis piernas para que no saliera corriendo y estropeara más de algo. Aizawa se sentó a la par mía y miró al perrito.

-¿Y esa cosa?

-¿No crees que es lindo? –Le acerqué al perrito y éste le lamió toda la mejilla. -¿Ves? ¡Te ama! –Aizawa sonrió y negó.

-¿De dónde lo sacaste? –Comenzó a acariciar la cabeza del perrito.

-Ayer me lo encontré en un basurero. –Aizawa me miró con extrañeza y antes que me interrumpiera seguí. –Ayer, luego que me dijeron que me regresara a la casa, decidí no irme en tren, caminé y por un callejón escuché llantos. Me acerqué y los llantos provenían de un contenedor de basura, allí estaba el perrito con una patita rota. Así que lo curé y lo cuidaré por el resto de su vida. –Le sonreí con inocencia a Aizawa.

-Creo que ya va siendo costumbre que adoptes a personas o animales cuando no tomas el tren. –Y justo en ese instante un pequeño ser humano se lanzó hacia mí.

-¡Aki Aki! ¡Te he extrañado muchoooooo! –Me abrazó y luego me besó la mejilla, yo reí. –Aizawa-san aveces da miedo, pero lo quiero de igual forma. –A Aizawa le dio algo, se sintió alegre por lo que acaba de dicir el pequeño. -¡OH! ¡Un perrito! ¿¡Cómo se llama!?

-Ares. –Sonreí, Makoto lo tomó y empezó a jugar con el perrito.

-¿Ya desayunaste? –Se paró Aizawa y yo igual.

-Algo así. –Le sonreí nerviosa, él me miró muy serio. –Comí una bolsa de chucherías. –Él negó, tomó sus llaves y se empezó a dirigir hacia la puerta.

-¿A dónde vas? –Le pregunté.

-Vamos a ir a comprarte comida de verdad, trae a Makoto y al cachorro, vámonos. –Asentí, fui por Makoto y el perrito. Makoto cargó al perrito y salimos de la casa de Aizawa.

Emprendimos nuestra caminata, Aizawa y yo vigilábamos que Makoto ni el perrito se nos alejara demasiado. Ambos mirábamos las locuras que hacia Makoto junto con el perrito y reíamos. Parecíamos una verdadera familia y eso me hizo sentir feliz.

Unic (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora