Capítulo 19

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La espalda de Murasakibara es demasiado cómoda y grande, ¿cómo mierda puede ser tan grande este chico? Juro que mide dos metros o al menos casi.

-Murasakibara, ¿cuánto mides? –Le miré con duda, como pude ya que voy recostada en su espalda.

-Dos metros con 8 centímetros. –Dijo con su voz adormilada.

-¿En qué año van? –Les pregunté a todos.

-Nosotros vamos en el tercer año de secundaria. –Dijo calmadamente Kagami.

-¿Pero qué mierda? –Solté.

-¿Qué pasa, Bakakira? –Dijo burlonamente el maldito negro del grupo.

-Ustedes son un maldito año menor que yo y son demasiado altos, ¿por qué mierda soy tan baja? –Les dije con un puchero, se rieron de mí. –Y no me digas Bakakira, Ahomine. –Me burlé del moreno.

-Genial, otra que me llama por ese apodo. –Rodó los ojos divertido.

-¿Quién más te dice así? –Me reí de él.

-Bakagami. –Señaló al de cejas flechadas, éste sólo le metió un enorme zape en su cabeza y comenzaron a molestarse entre sí.

-¿Por qué no están en la escuela? –Les miré con duda. -¿Se escaparon acaso? –Les sonreí.

-Nop, tuvimos descanso. Ayer Kuroko en la clase de química dejó escapar un gas tóxico y hoy iban a "limpiar" la escuela. –Se rio Kagami.

-Seguiré diciendo: pensé que sólo iba a soltar un poco de humo. –Dijo con un mini puchero el peli celeste, Akashi llegó y lo abrazó por los hombros.

-Siempre quise hacer eso. –Dije con aires de tristeza.

-¿Nunca recibiste clase de química? –Preguntó Midorima.

-Nop.

-¿Por qué? –Se acomodó sus lentes.

-Luego les cuento. –Dije con desgana. –Por cierto, ¿cuánto falta para llegar? –Le pregunté al negro.

-No sé si te diste cuenta pero llegamos hace 7 minutos. –Me dijo burlonamente Aomine. Yo miré rápidamente dónde estábamos y me metí un zape en la frente. Murasakibara me bajó de su espalda y todos entramos al local de hamburguesas.

Kagami y yo rápidamente nos fuimos al mostrador, él pidió primero sus hamburguesas y luego cuándo él se fue a apartar una mesa, yo pedí las mías. Al terminar fui hacia la mesa que apartó Kagami. Luego llegaron los demás y Aomine se miraba un poco molesto.

-¡Oye, Bakagami! Hoy sí te pasaste, pediste demasiadas hamburguesas. –Se sentó con un puchero al lado de él.

-¿Eh? Yo pedí las de siempre, pedí 20. –Le miró con el ceño fruncido.

-¿Eh? ¿Entonces quién pidió demasiadas? –Miró con duda a todos en la mesa. Yo tímidamente levante la mano. -¿¡Tú!?

-¿Qué? Tengo hambre. –Le dije con cara de inocencia. –Además, apuesta es apuesta. –Le sonreí.

-¿Pero 35? ¿35 hamburguesas? Mierda, eres una chica. –Exclamó sorprendido.

-¿Y qué? Yo no soy como las otras, yo soy como soy y me amo, maldito parásito. –Le dije con un puchero. Murasakibara quien estaba a la par mía me tomó de los hombros.

-No insultes a Aki-chin, Mine-chin. –Le regañó Murasakibara.

-No te preocupes Murasakibara, no me importa lo que me diga ese negro. –Y todos rieron.

Unic (BNHA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora