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TaeHyung con una enorme sonrisa y euforia caminaba por la acera, con una pequeña caja de cartón, donde adentro había un postre, al que se había dedicado toda esa mañana. Siguió la dirección del restaurante, el cual estaba cerca del mercado donde iba a diario con su madre.
Al momento de ver un enorme cartel donde anunciaban al lujoso restaurante de Jeon, se detuvo frente a este unos segundos, suspirando impresionado por la buena y costosa pinta que tenía solo la fachada. Después empujó con su mano suavemente la puerta de cristal, notando inmediatamente el cartel donde decía que aún estaba cerrado.
En cuanto entró una anciana se le acercó con dudosa, arqueando algo la ceja, Kim le regaló una sonrisa nerviosa en un intento de verse amigable.
—Vine a solicitar el trabajo de repostero –le susurro apenado. La contraria se quedó en silencio para después darse la vuelta sin decirle nada, perdiéndose en un pasillo.
TaeHyung comenzó a observar todo con curiosidad, quedado totalmente fascinado con cada cosa que se topaba, vaya que el dueño debió gastar toda una maldita fortuna en todos los adornos.
Había enormes candelabros, había arte en las paredes, la iluminación era tan terriblemente perfecta, los grandes floreros de porcelana, absolutamente todo, era lindo. Era como un sueño, o más bien parecía sacado de alguna película porque no parecía nada de eso real.Pego una pequeña sonrisa al imaginarse trabajando en aquel precioso lugar.
Notó un par de personas con delantales, rápidamente se dio la vuelta con la intención de no hacer contacto visual con nadie como para llamar la atención o quizá, a que se acercarán. Simplemente se quedó de pie, esperando mientras jugaba con la delgada figura de su brazalete, observando el candelabro más grande del restaurante, del cual caían hermosos cristales de colores.
Segundos después vio al hombre que se había topado el día anterior, este le miro con una pequeña sonrisa, acercándose a él inmediatamente.
—Hola, –le saludo Jungkook, educadamente. Extendiendo su mano la cuál fue tomada rápidamente, aunque ruborizado. —Sabría que vendrías.
Jeon al notar la inmovilidad del contrario, le pidió amablemente que le acompañará y el otro le siguió penoso.
Una vez entraron a la oficina del hombre, TaeHyung por poco y se atraganta al ver más cosas lujosas y costosas.
Le pidió que tomara asiento, por lo que obedeció, aún con la caja en su regazo, después miro a la misma anciana que le había recibido entrar a la oficina, quedándose en silencio, igual que ambos, esperando a que alguno comenzará a hablar.
—Gi, –le llamo el Alfa, a la anciana, encargada, está le observó tomando asiento. —Decidí que voy a remover una regla. Cómo ya te lo había comentado.
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𝑹𝒆𝒑𝒐𝒔𝒕𝒆𝒓𝒐 ✧ ᴋᴏᴏᴋᴛᴀᴇ
Random✧ Después de experimentar el sentimiento de la felicidad con Jungkook, le daba igual como fueran sus tratos hacía él. Porque después de todo, con Jungkook, siempre sería feliz, o al menos eso era lo que le había prometido.